Dos personas resultaron heridas en la ciudad de Mandalay, en el centro de Myanmar (Birmania), cuando la Policía disparó contra manifestantes que protestaban contra el golpe de Estado en su país, en una nueva represión ordenada por el gobierno militar.
Un reportero gráfico informó sobre la represión pero no pudo precisar precisar si las fuerzas de seguridad estaban disparando munición real o balas de goma durante la protesta, que tuvo lugar en un puerto de la ciudad.
Una joven manifestante falleció este viernes días después de haber sido herida en otra manifestación contra el golpe de Estado del 1 de febrero en Myanmar, la antigua Birmania, y se convirtió en la primera víctima mortal de la represión de las protestas.
La junta militar del país del sudeste asiático multiplicó las detenciones y volvió a cortar anoche Internet, ignorando las condenas internacionales por la muerte de la joven, convertida en icono de los manifestantes prodemocracia.
Casi tres semanas después del golpe que puso fin al gobierno civil de la líder Aung San Suu Kyi y a 10 años de frágil democracia, las condenas internacionales y el anuncio de nuevas sanciones no lograron doblegar a los generales que lideran el levantamiento contra las instituciones.
Hubo apagón de Internet por sexta noche consecutiva, antes de ser restaurado este sábado, al tiempo que la dictadura bloqueó la enciclopedia en línea Wikipedia en todos los idiomas.
Los arrestos continúan con cerca de 550 detenidos en menos de tres semanas, incluyendo responsables políticos, funcionarios huelguistas, monjes y activistas, según una ONG de asistencia a los presos políticos. Solo unos 40 fueron liberados.
El Departamento de Estado norteamericano condenó “la violencia contra el pueblo de Birmania” tras la muerte de la joven de 20 años.
Mya Thwate Thwate Khaing fue herida en la cabeza el 9 de febrero durante una manifestación en Naipyidó, la capital administrativa, y pasó 10 días en cuidados intensivos.
Según los médicos, fue herida de bala, pero las autoridades aseguran que solo utilizaron ese día proyectiles de goma.
La hermana de la joven (que será enterrada el domingo), Poh Poh, pidió que continúe la lucha contra la dictadura. “Por favor, súmense al movimiento de protesta para que lo logre”, dijo a los periodistas.
Thwate Khaing se ha convertido en símbolo para los manifestantes prodemocracia, y los mensajes de apoyo se sucedían en las redes sociales: “Es nuestra heroína”, “recen por nuestra mártir”.
Birmania: la represión tiene a una joven como su primera víctima
Las protestas, que congregaron en las dos últimas semanas a centenares de miles de birmanos en todo el país, suelen ser pacíficas, pero las fuerzas del orden no han dudado en utilizar carros hidrantes, gases lacrimógenos y balas de goma para disolverlas.
Los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea (UE) se reunirán el lunes para analizar eventuales medidas contra el Ejército birmano.
Hasta ahora, Estados Unidos, Reino Unido -la antigua potencia colonial- y Canadá han anunciado sanciones contra algunos generales.
Mientras tanto, China y Rusia, aliados tradicionales del Ejército birmano en Naciones Unidas, consideran la crisis como un “asunto interno” del país.
El miedo a las represalias está muy vivo en Birmania donde los últimos dos levantamientos populares de 1988 y 2007 fueron reprimidos a sangre y fuego por el ejército.
Pese a ello, se mantienen los llamados a la desobediencia civil, y médicos, profesores, controladores aéreos y trabajadores ferroviarios siguen en huelga, aunque son los principales objetivos de las detenciones.
Suu Kyi, de 75 años, a la que no se ha vuelto a ver desde su detención, está acusada de haber importado “ilegalmente” talkie-walkies y de violar una ley sobre la gestión de catástrofes naturales.
Los militares justificaron el golpe de Estado por supuestos fraudes masivos durante las elecciones de noviembre, que ganó por aplastante mayoría el partido de Suu Kyi, premio Nobel de la Paz 1991.