La joven birmana fue herida por un disparo en la cabeza durante una protesta contra el golpe de Estado la semana pasada en Naipyidó, capital de Birmania, y falleció este viernes. Mya Thwe Thwe Khine se convirtió en la primera víctima mortal de la represión de la junta militar al movimiento de desobediencia civil.
La víctima de 20 años falleció en la mañana de hoy al serle retirada la asistencia vital con el permiso de su familia, después de pasar diez días en estado crítico en un hospital de la capital.
La joven fue abatida el pasado 9 de febrero por un disparo en la cabeza realizado con un subfusil tipo Uzi mientras participaba en una protesta contra la junta militar. Mya Thwe Thwe Khine se alejaba junto a su hermana de la primera línea de la manifestación que la Policía trataba de disolver, cuando recibió un disparo y se desplomó en el suelo.
Se trata de la primera muerte de un manifestante por la represión ejercida por las fuerzas de seguridad contra los participantes de las protestas, que se han extendido por todo el país y que buscan mostrar su rechazo al golpe de Estado ejecutado por el Ejército el pasado 1 de febrero.
Aunque los militares aseguraron que solo se desplegaron armas no letales en esa protesta, tanto Amnistía Internacional como Human Right Watch (HRW) certificaron que la joven recibió un impacto en la cabeza de munición real disparada por las fuerzas de seguridad y pidieron una condena internacional de los hechos.
La hermana de la fallecida, que también confirmó el deceso a los medios locales, hizo un llamamiento desde allí para que "la gente mantenga la revolución hasta que tenga éxito".
Phil Robertson, subdirector de HRW en Asia, afirmó: "La Policía en Naipyidó (capital de Birmania) tiene las manos manchadas de sangre y se le debe hacer responsable de la muerte de Mya Thwe Thwe Khine, que fue matada de un tiro con munición real durante una protesta".
Además de la contestación interna, las acciones de la junta militar están enfrentándose a la presión exterior, con sanciones para tres altos cargos militares, anunciadas el jueves por parte de Reino Unido en coordinación con Canadá, por sus "graves violaciones de los derechos humanos".
La junta militar justificó la toma de poder por un supuesto fraude electoral en los comicios del pasado noviembre en los que la Liga Nacional para la Democracia, el partido liderado por Suu Kyi, arrasó, como ya hizo en 2015.