En Cuba participarán este domingo de un referendo popular en el que se decidirá aprobar o no un nuevo Código de Familias, que regula los derechos y deberes en las relaciones interpersonales en el hogar. De aprobarse la nueva legislación, se le pondría el fin a una ley que está vigente desde 1975 y se permitiría el matrimonio igualitario.
Para poder crear el Código, se realizó una gran cantidad de procesos de consulta y revisiones en el Estado cubano desde 2021, para incorporar a la legislación nacional temas como el reconocimiento a la sexodiversidad, el matrimonio igualitario y la adopción para parejas homosexuales.
El texto, que contiene 471 artículos, incluye al concepto de familia asuntos como la maternidad o paternidad sentimental, lo que permite a un infante tener más de un padre y una madre, elimina etiquetas como madrastra y padrastro y habilita la gestación subrogada o "solidaria", en referencia a la asistencia que puede prestar una mujer para gestar un bebé en su vientre si una pareja se lo solicita.
Miguel Diaz - Canel Bermúdez, presidente de la República de Cuba.
En ese sentido, la normativa reconoce cuatro tipos de filiación parental para la familia: la procreación natural, la adopción, la reproducción asistida y los lazos que se construyen a partir de la socioafectividad. Todas estas tendrán el mismo reconocimiento jurídico y responsabilidad en cuestiones como la obligación de dar alimentos, los derechos sucesorios.
Además, con base en la Constitución de 2019, que establece la imposibilidad de discriminación alguna por género u orientación sexual en Cuba, el nuevo Código de Familias ofrece la posibilidad de que un niño pueda llevar el apellido de su madre de primero, lo que pone fin a la tradición conservadora de imponer a los recién nacidos el apellido del padre.
La nueva norma también establece deberes y responsabilidades de padres hacia hijos, de hijos hacia padres, así como la protección y atención integral de otros miembros del hogar como tíos, sobrinos y abuelos.
De igual forma amplía la protección de niñas, niños y adolescentes, refuerza la tutela urgente ante la discriminación y la violencia, aumenta la posibilidad de denuncia a cualquier persona que conozca de hechos violatorios, define las formas de canalizar los incumplimientos de obligación legal de dar alimentos, y detalla las causas del cese de la obligación legal de dar alimentos y sus excepciones.
También se empezaría a penaliza la violencia familiar y de género, sancionaría toda forma de castigo corporal, sobre todo cuando se trata de personas con discapacidad, adultas mayores y menores de edad. Asimismo, promueve los derechos de la mujer y personas con distintas orientaciones en igualdad de condiciones al hombre.
Uno de los principales promotores de este nuevo cambio, es el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, quien estuvo frente de la campaña para que se apruebe la ley, y a través de distintos mensajes en redes sociales y programas televisivos.
La propuesta aprobada por el legislativo cubano contó con una consulta previa que recogió opiniones, críticas y recomendaciones que finiquitaron la mayoría de las modificaciones que se hicieron a la última versión del código.
Así, los temas que tuvieron mayor debate e ideas fueron los relacionados a la filiación, las relaciones parentales, la institución del matrimonio y de otras instituciones de guarda y protección en el ámbito familiar.
Para esa consulta participó el 93 % del total de electores de Cuba, unas 6,4 millones de personas de las más de 8,5 millones que fueron convocadas. Estas personas asistieron a 79.192 reuniones, 1.159 de estas efectuadas en el extranjero, en las que se emitieron 434.860 propuestas, de las que 61,96 % se pronunciaron favor del Código de las Familias.
Los sectores conservadores dentro y sobre todo fuera de la isla caribeña, como la oposición política y el Comité Permanente de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, don quienes se oponen a que la legislación sea aprobada.
"Vemos con desilusión que éstas y otras propuestas que resultaron notoriamente cuestionadas por parte de la sociedad, siguen intactas en el Código que se presenta ahora a referendo", remarcó el grupo de Obispos en un comunicado.
Estos sectores que rechazan la ley argumentan que el texto no debería incluir derechos relacionados a la "ideología de género", ni permitir el matrimonio homosexual o la adopción de niños a estas parejas. De igual forma se oponen a la pluriparentalidad, a la autonomía progresiva de las personas de decidir sobre su propio cuerpo y a la gestación asistida.
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