La polémica marcha “Unir a la derecha” convocada por un grupo de supremacistas blancos en Charlottesville, en Virginia, Estados Unidos, provocó este sábado un muerto y varios heridos, tras violentos enfrentamientos, y obligó a la declaración del Estado de Emergencia de seguridad por parte del gobernador, Terry McAuliffe.
Aunque el inicio de la marcha estaba previsto para el mediodía en el Emancipation Park, en el centro de la ciudad del noroeste de Estados Unidos, minutos antes se produjeron ya los primeros choques violentos.
Las consignas lanzadas entre manifestantes, ataviados con banderas confederadas, escudos de protección e insignias nazis; y los opositores, que acusan a los organizadores de ideología ultraderechista, rápidamente desembocaron en golpes y puñetazos.
Pero el hecho más grave sucedió cuando, en medio de las grescas, un automovilista arrolló con su coche a varias personas.
Según la Policía de Charlottesville, los primeros enfrentamientos se saldaron con varios heridos, sin precisar la cifra exacta o su gravedad.
A la par, el gobernador de Virginia, Terry McAuliffe, se vio obligado a declarar emergencia estatal para ayudar a “las autoridades a responder a la violencia”, en su cuenta de Twitter.
Jason Kessler, organizador de la marcha, subrayó en un comunicado que se trata de defender la Primera Enmienda de la Constitución que protege la libertad de expresión y respaldar a “los grandes hombres blancos que están siendo difamados, calumniados y derribados en Estados Unidos”, reprodujo la agencia de noticias EFE.
La polémica marcha “Unir a la derecha” se organizó en protesta por la retirada de una estatua homenaje al general confederado Robert E. Lee, quien lideró a las fuerzas sureñas durante la Guerra Civil estadounidense, y que ya generó choques violentos el viernes en la ciudad.
El viernes, cientos de supremacistas blancos, algunos al ritmo de consignas nazis, marcharon con antorchas por las calles de Charlottesville, en el estado noreste de Virginia, donde se enfrentaron con contramanifestantes, en la víspera de una marcha convocada por la extrema derecha estadounidense, informaron medios locales y la agencia de noticias Reuters.
Los eventos reavivaron el persistente debate en el sur de Estados Unidos sobre el despliegue de la bandera confederada de batalla y otros símbolos del lado rebelde de la Guerra Civil, desatada por la esclavitud en el país.
La manifestación fue descrita como “el mayor encuentro de odio de su clase en décadas en Estados Unidos”, según el Southern Poverty Law Center, un grupo que investiga a los grupos que fomentan la violencia racial.
Charlottesville, situada a 300 kilómetros al suroeste de Washington, cuenta con 46.000 habitantes y es la sede de la Universidad de Virginia.