Gran Bretaña se aproxima a su salida de la Unión Europea, puesto que el Parlamento le dio a la primera ministra Theresa May el poder para notificar la separación del bloque.
A la vez, en Escocia, creció la posibilidad de evitar la división del bloque de países debido a que la primera ministra Nicola Sturgeon convocó a un referéndum de independencia en menos de dos años.
En un anuncio que tomó por sorpresa a muchos políticos londinenses, Sturgeon prometió que Escocia “no sería llevada en un camino que no queremos transitar sin tener una opción”.
Sturgeon habló en Edimburgo horas antes de que la Propuesta de la (Notificación de Salida) de la Unión Europea sorteara su último obstáculo en la cámara alta del Parlamento, la Cámara de los Lores.
La Cámara de los Comunes aprobó hace varias semanas la medida, pero los más de 800 Lores lucharon por enmendarla, insertando una promesa de que se les permitirá a los ciudadanos europeos que viven en el Reino Unido permanecer en el país una vez que Gran Bretaña abandone la UE.
También sumaron una demanda de que el Parlamento tenga un voto “significativo” en el acuerdo final entre Gran Bretaña y el resto de las 27 naciones de la Unión Europea.
Ambas enmiendas fueron rechazadas el lunes por los Comunes, en donde los conservadores de May cuentan con una mayoría. Un puñado de conservadores a favor de la Unión Europea expresaron su descontento y se abstuvieron de la votación.
La propuesta regresó a la Casa de los Lores, en un proceso conocido como ping pong parlamentario.
Enfrentados por la decisión de los Comunes, que son funcionarios electos, los Lores cedieron y aprobaron el plan sin mayores enmiendas.