En la entrevista con el periódico, el exsoldado canadiense, apodado Wali, dijo que decidió regresar a su país a causa de un hecho que casi acabó con su vida.
Aquel día, a primera hora de la mañana, Wali tomó su posición cerca de una trinchera expuesta al fuego de tanques rusos, en el frente del Donbass. En la trinchera había dos reclutas que empezaron a fumar. De repente, un proyectil impactó cerca de los militares, que murieron a causa de la explosión, y Wali, aunque conservó la vida, sufrió los efectos de la onda de choque.
"Mi cuerpo se tensó. No oía nada, empezó a dolerme la cabeza. Fue realmente violento", recuerda el canadiense.
Conmocionado por la muerte de sus compañeros, cerca de una hora después Wali llamó a su pareja, que recuerda la conversación. "Intentaba explicarme que había habido dos muertes. Me dijo: 'Creo que he hecho lo suficiente, ¿no? ¿He hecho lo suficiente' Parece que quería que le dijera que volviera".
Wali admitió que quiso regresar con su familia. "No quiero perder lo que tengo aquí", explicó al diario.