"David Baker logró la hazaña casi imposible de construir tipos de proteínas completamente nuevos. Y Demis Hassabis y John Jumper desarrollaron un modelo de inteligencia artificial para resolver un problema de hace 50 años: predecir las estructuras complejas de las proteínas", detallaron desde la prestigiosa organización sueca.
Los estadounidenses David Baker y John Jumper y el británico Demis Hassabis lograron ayer el Nobel de Química por sus trabajos sobre la predicción de la estructura de las proteínas mediante inteligencia artificial. El primero de ellos es investigador en la Universidad de Washington, en Seattle, mientras que los otros dos trabajan en Google Deepmind e idearon Alfaphold, el desarrollo de IA que logró determinar la estructura de 200 millones de proteínas.
La decisión de darle la mitad del premio a Baker y la otra mitad de manera compartida a Hassabis y Jumper fue anunciada por el secretario general de la Real Academia las Ciencias de Suecia, Hans Ellegren. "Baker logró la hazaña casi imposible de construir tipos de proteínas completamente nuevos. Y Demis Hassabis y John Jumper desarrollaron un modelo de inteligencia artificial para resolver un problema de hace 50 años: predecir las estructuras complejas de las proteínas", detallaron desde la prestigiosa organización fundada para cumplir con la última voluntad de Alfred Nobel.
Las aplicaciones de estos descubrimientos recién empiezan verse, pero van desde el desarrollo de fármacos hasta la creación de enzimas para degradar plásticos, pasando por la estructura del hielo y hasta las formas de la evolución humana, entre muchísimas otras.
Este Nobel de Química dejó también otras dos curiosidades: ambos trabajos fueron enteramente desarrollados durante el siglo XXI. Baker publicó su estudio central en 2003 y es el creador de RoseTTAFold, programa con el que reveló la estructura en 3D que adopta una cadena de aminoácidos cuando se pliega y emerge una proteína funcional; en tanto que el trabajo de Alfaphold –una compañía que pertenece a Alphabet/Google– es tan nuevo que apenas tiene cuatro años.
Según declarara alguna vez el propio Baker, la diferencia entre ambos desarrollos es que mientras el de él busca "inventar" proteínas, el de sus colegas lo que hace es predecir la estructura que podría hallarse en la naturaleza, algo que sin la IA demandaría miles de años porque se trata de combinaciones astronómicas.
Pocas veces la Real Academia de las Ciencias de Suecia reconoce investigaciones con tan poco recorrido, pero el éxito y las aplicaciones que ya existen de estos trabajos justifican la decisión. Por otro lado, se vuelve a poner el acento en avances de la IA, tal como habían hecho el martes con el Nobel de Física.
El presidente del Comité del Nobel para Química, Heiner Linke, expresó que los científicos habían soñado durante mucho tiempo con predecir la estructura tridimensional de las proteínas: "Hace cuatro años, Hassabis y Jumper lograron descifrar el código con un hábil uso de la inteligencia artificial. Hicieron posible predecir la compleja estructura de básicamente cualquier proteína conocida en la naturaleza".
Y completó: "Otro equipo de científicos logró construir nuevas proteínas para aprender cómo utilizar la multiherramienta de la naturaleza con nuestros propios fines. Ese es el problema que resolvió Baker. Desarrolló herramientas de computación que ahora permiten a los científicos a diseñar proteínas espectaculares con formas y funciones totalmente nuevas, lo que genera infinitas posibilidades en beneficio de la humanidad".