Dos hombres sin hogar, de 35 y 33 años y un taxista al que apodan en las redes sociales como "el taxista del turbante", socorrieron a los heridos en el atentado que dejó 22 muertos y 59 heridos en Manchester.
Los "homeless", identificados como Stephen Jones y Chris Parker, usaban el pabellón Manchester Arena, donde se produjo el atentado terrorista de Estado Islámico, y las zonas aledañas para pedir limosna, y fueron los primeros en ayudar a las víctimas.
Parker relató a la televisión local que "Todo el mundo estaba contento. Cuando la gente salía por las puertas de cristal, escuché un ruido y, en una fracción de segundo, vi humo. Entonces escuché gritos. Me tiré al suelo y luego me levanté. En lugar de huir, mi instinto me dijo que intentara ayudar".
Tras ayudar a una niña perdida, el hombre intentó socorrer a una mujer de 60 años, pero esta lamentablemente falleció en sus brazos. "No he parado de llorar desde ese momento", describió.
Por su parte, Stephen removió los pedazos que habían afectado a los niños, permaneciendo con ellos en los interminables minutos antes de la llegada de la ayuda
"Necesitaban mi ayuda, no podía echarme atrás -dijo a Itv News- y mi instinto es el de ayudar a los otros".
Otro héroe que dejó la noche fue un taxista, conocido ya con el apodo del taxista del turbante, que puso su vehículo a disposición de todo aquel que lo necesitara durante las horas posteriores al atentado terrorista.
"Intenté ayudar a toda la gente que lo necesitara. Había quien buscaba a su pareja, a otros les dejé en el hospital, no tenían dinero y se encontraban tirados sin nada. No había transporte público, las calles estaban cortadas, era muy difícil moverse", afirmó el conductor ante la prensa.
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