En la nota, titulada "Sobre la campaña de propaganda en relación con las acusaciones contra la Federación de Rusia de los crímenes de guerra en Ucrania"-, el diplomático atribuye las acusaciones contra las fuerzas armadas rusas que operan en territorio ucraniano a "provocaciones de un tipo cualitativamente nuevo se han convertido en el arma principal de la campaña de información desatada contra Rusia".
Según explicó Feotistov, "se trata de simulacros organizados por varios países occidentales e implementados por ultranacionalistas ucranianos, que buscan acusar y crímenes de lesa humanidad".
En su declaración, el embajador de la Federación de Rusia indica: "En la mañana del 3 de abril estallaron los canales de noticias mundiales con la información sobre la 'atrocidad inconcebible', que supuestamente cometió Rusia en la ciudad de Bucha (a 29 km de Kiev).
Se alegó que después de que los militares rusos habían abandonado la ciudad, las Fuerzas Armadas de Ucrania al entrar encontraron una imagen terrible: cadáveres con las manos atadas a la espalda, fosas comunes, gente intimidada. Inmediatamente llovieron sobre Rusia acusaciones de crímenes contra la población civil y violaciones del derecho internacional humanitario". Y recalca: "¡Esto se produjo antes de que tuviera lugar cualquier investigación objetiva de lo sucedido!".
Esta versión, indica el embajador, "fue inmediatamente refutada por el Ministerio de Defensa de Rusia, que afirmó que ningún residente local resultó dañado durante la estancia del personal militar ruso en Bucha".
En la explicación del funcionario ruso, se indica: "Hasta el 30 de marzo, mientras Bucha estaba bajo el control de los militares rusos, y después de su retirada, hasta el 3 de abril, las personas que vivían allí se circulaban libremente por las calles y utilizaban comunicación celular. Las salidas de la ciudad permanecían abiertas. Incluso el alcalde de Bucha, en su mensaje de video fechado el 31 de marzo, informó que el ejército ruso había abandonado la ciudad, pero no dijo ni una palabra sobre cualquier fusilamiento de civiles".
"Todas las llamadas 'pruebas de crímenes' en Bucha aparecieron solo al cuarto día -agrega-, justo cuando los oficiales del Servicio de Seguridad de Ucrania y representantes de la televisión ucraniana llegaron a la ciudad. Es de destacar, que los cuerpos de las personas en las fotografías sacadas después de al menos cuatro días no se endurecieron y no tenían manchas cadavéricas características".
En su narración, Feoktistov que luego en Estados Unidos se publicaron "las imágenes satelitales obtenidos de la empresa estadounidense Maxar (contratista del Departamento de Defensa de los EE.UU.), que supuestamente confirmaban la presencia de civiles muertos en las calles de Bucha del 11 al 19 de marzo de este año, pero no resisten ningún análisis. Los cuerpos no se habrían conservado en la forma en que aparecieron en las fotografías de los medios occidentales".
"Lo que sucedió en Bucha es una provocación escandalosa, por eso el 4 de abril Rusia exigió una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU para presentar los hechos de manera objetiva y exponer las mentiras del régimen de Kiev", concluye el diplomático.
"Sin embargo -destaca el representante de Moscú- , la presidencia británica del Consejo de Seguridad de la ONU rechazó nuestra iniciativa dos veces en 24 horas". "En cambio -añade-, se convocó una sesión plenaria de la Asamblea General de la ONU, dónde los EE. UU. y sus aliados plantearon sin ningún tipo de debate serio la cuestión de la suspensión de la membresía de Rusia en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU".
"Los autores de esta iniciativa antirrusa no se avergonzaron en absoluto por la falta de pruebas objetivas que confirmarían la participación de nuestro país en esta monstruosa atrocidad. En gran medida, esto fue la razón por la que muchos Estados se distanciaron del proyecto de resolución correspondiente presentado por los Estados Unidos: 24 Estados votaron en su contra y 58 se abstuvieron", explica.
Dmitry Feoktistov, también indica en su comunicado "los trucos rusofóbicos" volvieron de nuevo en los eventos que del 8 de abril en Kramatorsk (544 km de Kiev). Según indica, nuevamente se emitieron "noticias falsas contando que las Fuerzas Armadas rusas lanzaron un ataque con misiles contra la estación ferroviaria de la ciudad, donde se había acumulado una gran cantidad de refugiados en espera de evacuación". Allí, 59 personas murieron y un centenar resultaron heridas.
"Al igual que en el caso de Bucha -sostiene-, no se presentaron pruebas de la culpabilidad de nuestro país. Pronto quedó claro que el cohete que cayó sobre Kramatorsk era un misil ucraniano Tochka-U (Rusia dejó de utilizar este tipo de armas hace años)"
"Incluso se logró establecer su número de serie, lo que confirmó inequívocamente que este misil no era ruso, sino ucraniano. Tan pronto como surgieron estos hechos, las voces de los activistas de derechos humanos se desvanecieron rápidamente, y se trató de olvidar toda la historia lo antes posible. Está claro que nuestros oponentes en el Occidente no están preocupados por la realidad, sino por implementar la política de incitar a la histeria antirrusa", concluye el embajador.
"Seguramente habrá otras provocaciones, de las cuales se acusará nuevamente a Rusia. Consideramos como muy real una amenaza de terrorismo químico por parte de los neonazis que operan bajo los auspicios del actual régimen de Kiev y las unidades de las Fuerzas Armadas de Ucrania controladas por ellos. Numerosas acciones escenificadas por los grupos extremistas armados patrocinados por los Estados Unidos y sus aliados de la OTAN durante el conflicto sirio confirman la alta probabilidad de que se materialice aquel escenario", describe Feotistov.
"Hemos reiterado muchas veces que las Fuerzas Armadas de nuestro país están operando en Ucrania con sumo cuidado, atacando solo la infraestructura militar con armas de alta precisión. La población civil ni es ni será objeto de estos ataques". "Es una declaración de principio expresada por el Comandante Supremo, el Presidente Vladímir Putin", subraya.
"Los intentos de difamarnos y aislarnos no funcionarán, no se logrará poner de rodillas al pueblo ruso. Estamos luchando por una causa justa, la victoria será nuestra", concluye el embajador de la Federación de Rusia en la Argentina.