El Shikoku Bank considera este pacto un "tesoro" de la institución que ha perdurado por años y que garantiza un "manejo estricto" del dinero.
Un banco en Japón propone a sus empleados que terminen con su vida en caso de cometer fraude o cualquier "delito en una transacción" que perjudique las finanzas del cliente. La particular medida generó polémica en las redes sociales durante los últimos días.
Es importante destacar que en varios países -entre ellos Argentina- una propuesta empresaria como esta se considera un delito grave, además de ser claramente una inmoralidad.
Según el sitio web de Shikoku Bank, se trata de un "juramento" que estipula que, si un trabajador roba dinero de la entidad -o ayuda a que otros lo hagan- deberá compensar las pérdidas con sus bienes personales y luego suicidarse.
El compromiso indica expresamente que el responsable deberá "cometer seppuku", término formal con el que se conoce al harakiri, ritual japonés de suicidio de honor que consiste en abrirse el vientre con un puñal.
Shikoku Bank considera este pacto un "tesoro" de la institución que ha perdurado por años y que garantiza un "manejo estricto" del dinero. Además, asegura que refleja el compromiso con la ética y el sentido de responsabilidad de sus trabajadores "no solo como banqueros, sino también como miembros de la sociedad".
En su cuenta oficial de X, el banco señala: "El confucianismo realmente no es adecuado para la gestión de bancos. Japón utiliza el bushido para gestionar los bancos. El mecanismo de mejora crediticia del Banco Shikoku de Japón: si hay una pérdida del principal del cliente, los empleados pagarán una compensación de su propio bolsillo (responsabilidad solidaria ilimitada). ), y luego suicidarse"
El seppuku, harakiri, haraquiri o hara-kiri (corte del vientre) es el ritual de suicidio por medio de una serie de cortes profundos en el vientre con un puñal denominado seppuku.
Formaba parte de bushid, el código ético de los guerreros samurais y se realizaba de forma voluntaria para morir con honor, en lugar de caer en manos del enemigo y ser torturado, o bien como una forma de pena capital para aquellos que habían cometido serias ofensas o habían sido deshonrados.
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