Israel ha confinado tres veces a su población y tres veces la ha desconfinado. Este domingo dio un paso más hacia la "normalidad", con la reapertura de gran parte de los negocios. Además, ha iniciado el uso de un certificado verde, por el que solo permite acceder a ciertos espacios a vacunados o a los que se hayan recuperado de la COVID-19.
El país judío comenzó a flexibilizar el confinamiento después de que estudios demostraran que la vacuna contra el coronavirus de Pfizer tiene una efectividad del 95,8% en prevenir hospitalizaciones y muerte por covid-19. Tiene la tasa de vacunación más alta del mundo, 49% de la población ya ha recibido al menos una dosis.
Casi la mitad de la población de Israel recibió por lo menos una inyección de la vacuna de BioNTtech-Pfizer, mientras que una tercera parte ya va por la segunda. El laboratorio habría acelerado la entrega a Israel de millones de dosis por un precio no especificado y a cambio de acceso a los datos médicos de los pacientes para evaluar la respuesta a la inmunización.
Desde el domingo, pudieron abrir tiendas que dan a la calle, mercados al aire libre, centros comerciales, bibliotecas y museos. Siguieron con estrictas reglas para la prevención del virus, como el uso de mascarillas y el mantenimiento de la distancia social. El ministerio de salud indicó que este es el primer paso para regresar a la vida normal. Así como los alumnos de quinto y sexto de primaria y de los dos últimos cursos de secundaria pueden volver a las aulas en áreas con tasa de morbilidad baja, después de que los más pequeños, de preescolar y primeros cursos de primaria, ya lo hicieran hace más de un semana.
También se permite la apertura de gimnasios, piscinas, hoteles y espacios para eventos deportivos o culturales –como teatros–; pero solo se autoriza la entrada a los ciudadanos que ya hayan recibido las dos dosis de la vacuna o hayan superado el coronavirus y que tengan lo que denominan "pase verde".
El pase verde
Hay instalaciones, entre las que se incluyen gimnasios, hoteles y sinagogas, también pueden reabrirse, pero para ingresar en ellas se requiere un "pase verde": un certificado que solo puede obtenerse una vez que la persona ha sido vacunada.
El pasaporte, que está contenido dentro de una aplicación que identifica sus datos con un Código QR, es expedido por el ministerio de salud y tiene una validez de seis meses, que comienza una semana después de la segunda dosis.
Los ciudadanos pueden acreditar su condición con el denominado "Green Pass", pase verde. “Somos el primer país del mundo que se recupera gracias a los millones de vacunas que hemos traído”, tuiteó el primer ministro Benjamin Netanyahu, que visitó un gimnasio el sábado para pedir a los israelíes que utilicen el nuevo sistema. “¿Vacunado? Obtén el Green Pass y vuelve a la vida".
El pase se puede conseguir en una aplicación del Ministerio de Sanidad vinculada a los archivos médicos que se puso en marcha esta semana. La web del Ministerio de Sanidad que emite los pases se bloqueó horas antes de que el sistema entrara en funcionamiento, según informó el pasado sábado el diario Times of Israel.
Un reducido número de personas que se ha recuperado del virus y por ende no es actualmente elegible para la vacuna pueden de todos modos obtener el certificado. El certificado digital actuará como incentivo para que se vacunen los israelíes jóvenes, que se han mostrado más reacios a inmunizarse que los de mayor edad.
"Hay una gran carga en el servicio de expedición del Pase Verde, por lo que puede haber dificultades", dijo el ministerio. "Al mismo tiempo, la mayoría de las solicitudes se han completado con éxito y decenas de miles de personas ya tienen su Pase Verde". Según el mismo diario, el pase ha sufrido otros problemas, con denuncias de miles de personas que han intentado falsificarlo para participar en las nuevas actividades permitidas.
El levantamiento de restricciones forma parte de la segunda fase de la desescalada que Israel inició el pasado 7 de febrero, después de un tercer confinamiento nacional de seis semanas. Se espera que la tercera etapa comience el 7 de marzo, cuando se prevé la reapertura de cafés o restaurantes, o la vuelta al cole de los alumnos de cursos que por ahora siguen con clases virtuales.
La reapertura gradual en el país prosigue aunque el aeropuerto internacional de Ben Gurión está casi completamente clausurado desde finales de enero para evitar la entrada de nuevas variantes, y esta semana se extendió su cierre hasta el próximo 6 de marzo.
La vacunación de Pfizer
El sábado, el ministerio de salud dijo que estudios revelaban que el riesgo de la enfermedad provocada por el virus había caído en un 95,8% entre la gente que había recibido las dos dosis de la vacuna Pfizer. También encontró que la vacuna era un 98% efectiva en prevenir la fiebre o los problemas respiratorios. El primer ministro, Benjamin Netanyahu, dice que espera que el 95% de los israelíes de más de 50 años estén vacunados en las próximas dos semanas.
Israel avanza también en su campaña de vacunación, la más veloz del mundo: más del 45% de población ha recibido al menos una dosis de la vacuna de Pfizer. Asimismo, casi 2,9 millones de habitantes ya recibieron la segunda. Además, la tasa de contagios ha ido decreciendo en las últimas semanas, y según datos de Sanidad publicados este sábado, la mortalidad por COVID-19 se redujo en el 98,9% entre los que recibieron la segunda dosis de la vacuna tras al menos 14 días.
El Gobierno busca inmunizar a la mayor parte de población a finales de marzo, cuando el país celebrará elecciones generales. Confía en el éxito de la campaña de inoculación masiva para conseguir su reelección en las legislativas del 23 de marzo.
El país había iniciado su tercer confinamiento el 27 de diciembre, después que aumentara el número de contagios. Desde el inicio de la pandemia, Israel, con 9,2 millones de habitantes, registra casi 750.000 contagios y 5.526 fallecidos.
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