“El Santo Padre ha presentado hoy dos episodios de insuficiencia respiratoria aguda provocados por una importante acumulación de moco endobronquial y el consiguiente broncoespasmo", indicó el parte médico oficial.
Después de dos días de condiciones clínicas “estables”, la situación del papa Francisco se agravó nuevamente este lunes, cuando padeció otra vez dos crisis respiratorias agudas y debió regresar a una ventilación mecánica no invasiva, lo que en la práctica implica que tuvo que volver a utilizar el aparato con máscara que le cubre nariz y la boca para poder respirar, algo que el domingo había podido dejar.
“El Santo Padre ha presentado hoy dos episodios de insuficiencia respiratoria aguda provocados por una importante acumulación de moco endobronquial y el consiguiente broncoespasmo. Por lo tanto, se realizaron dos broncoscopias que requirieron aspiración de secreciones abundantes. Por la tarde se reanudó la ventilación mecánica no invasiva”, indicó el parte elaborado por el equipo médico que lo atiende en el Policlínico Gemelli desde el 14 de febrero.
Luego, el texto continuó: “El Santo Padre siempre se ha mantenido vigilante, orientado y colaborador. El pronóstico sigue siendo reservado”. Una fuente del Vaticano citada por La Nación explicó que lo ocurrido suele ser “normal” dentro del cuadro complejo de salud del religioso argentino de 88 años después de 18 días de internación.
“Claramente, la acumulación de mucosidad es una consecuencia de la neumonía bilateral: es una reacción de los pulmones a las bacterías presentes en los bronquios, que intentan eliminar y entonces se genera un espamo. Esto hace que el paciente respire mal porque intenta expulsar lo que hay adentro y molesta”, agregó al subrayar que lo ocurrido tampoco es un “elemento nuevo”, sino que es consecuencia del cuadro general. La misma fuente resaltó que a diferencia de la crisis de broncoespasmo del viernes pasado, este lunes no hubo inhalación de vómito.
Por la mañana, como viene sucediendo desde que Francisco fue llevado al centro de salud romano, el vocero papal, Matteo Bruni, había hecho saber que el Papa había "descansado bien toda la noche”. También se informó que había tenido un mejor reposo porque el parte del domingo había informado que ya no había necesitado ventilación mecánica no invasiva, sino que había vuelto a las cánulas nasales de alto flujo de oxigenación, en una situación que hoy volvió a cambiar dramáticamente.
Más temprano este lunes también se informó que el Papa había enviado un mensaje de fuerte contenido a los participantes de la asamblea general de la Pontificia Academia para la Vida que se reúne en estos días en un seminario titulado “¿Fin del mundo? Crisis, responsabilidad y esperanzas”.
En un texto datado y fechado desde el Policlínico Gemelli, Francisco reflexionó sobre el término de la “policrisis” puesta bajo los reflectores, que “evoca la dramaticidad de la coyuntura histórica que estamos viviendo, en la que convergen guerras, cambios climáticos, problemas energéticos, epidemias, fenómeno migratorio, innovación tecnológica”.
“El entrelazamiento de estas cuestiones críticas, que afectan simultáneamente diferentes dimensiones de la vida, nos lleva a cuestionarnos sobre el destino del mundo y nuestra comprensión del mismo”, planteó el líder de la Iglesia. Y continuó: “El primer paso para dar, es examinar más detenidamente cuál es nuestra representación del mundo y del cosmos. Si no hacemos esto y si no analizamos seriamente nuestra profunda resistencia al cambio, tanto como personas como sociedad, seguiremos haciendo lo que hemos hecho con otras crisis, incluso las muy recientes”.
“Pensemos en la pandemia del Covid-19: la hemos ‘desperdiciado’, por así decirlo; podríamos haber trabajado más profundamente en la transformación de las conciencias y de las prácticas sociales. Y otro paso importante para no quedarnos inmóviles, anclados en nuestras certezas, nuestros hábitos y nuestros miedos, es escuchar atentamente el aporte del conocimiento científico. El tema de la escucha es decisivo. Es una de las palabras clave de todo el proceso sinodal que hemos iniciado y que ahora se encuentra en su fase de implementación”, subrayó.
“Apoyar una desregulación planetaria utilitarista y neoliberal significa imponer la ley del más fuerte como única regla; y es una ley que deshumaniza”, advirtió. El Papa lamentó, además, una “progresiva irrelevancia de los organismos internacionales, que también se ven socavados por actitudes miopes, preocupadas por proteger intereses particulares y nacionales”.
Y llamó a construir “organizaciones globales más eficaces”, dotadas de autoridad para garantizar el bien común mundial, la erradicación del hambre y la pobreza y la defensa segura de los derechos humanos fundamentales, para promover “un multilateralismo que no dependa de circunstancias políticas cambiantes ni de los intereses de unos pocos y que tenga una eficacia estable”. “Esta es una tarea urgente que concierne a toda la humanidad”, sentenció.
En medio de un clima de nuevo alterado por el último parte médico, el Vaticano informó que guiará esta noche la maratón del rezo del rosario por la salud del Santo Padre el cardenal estadounidense Robert Prevost. El prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América latina es considerado un candidato papable.
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