El Sumo Pontífice está internado desde el viernes pasado en el Policlínico Gemelli de Roma, sitio donde la diagnosticaron una neumonía bilateral. El Vaticano dio a conocer este jueves por la tarde una actualización de su cuadro de salud.
Este jueves por la tarde se dio a conocer un nuevo parte médico sobre la salud de Francisco. Según indicó el Vaticano, la condición del Papa mejoró levemente en las últimas horas, ya que no tiene fiebre, está estable y trabaja desde el hospital. "El estado clínico del Santo Padre presenta una ligera mejoría. Está apirético [sin fiebre] y sus parámetros hemodinámicos permanecen estables", anunció el texto oficial.
El portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, indicó también que los parámetros del Sumo Pontífice “siguen siendo estables”. El religioso argentino de 88 años fue ingresado en el Policlínico Gemelli de Roma el pasado 14 de febrero después de que un caso de bronquitis empeorara. Posteriormente, los médicos del centro de salud de la capital italiana le diagnosticaron el inicio de una neumonía en ambos pulmones, además de bronquitis asmática.
Más temprano, desde la Santa Sede habían informado que el Papa continuaba recuperándose y que había desayunado fuera de la cama y trabajado con sus asistentes en el hospital mientras algunos de sus cardenales lo animaban y aseguraban que "la Iglesia Católica estaba muy viva y bien incluso en su ausencia".
También se había detallado que había pasado una noche “tranquila” y que había comenzado el día con sus actividades habituales. “La noche fue tranquila. El Papa se levantó y desayunó en un sillón (...) recibió la Eucaristía y luego reanudó sus actividades laborales”, indicaron en referencia a la evolución favorable de su cuadro.
Esta es la cuarta vez que Francisco debe ser ingresado en el hospital romano en menos de cuatro años a raíz de su delicado estado de salud. Desde 2021, el Sumo Pontífice fue sometido a cirugías de colon y de hernia, y se vio obligado a movilizarse en una silla de ruedas por problemas en las rodillas.
“Si realmente quieres que descanse, tienes que hospitalizarlo”, bromeó el cardenal Jean-Marc Aveline, el arzobispo de Marsella, Francia, refiriéndose a la ética laboral de Francisco. Aveline dio una conferencia de prensa del Vaticano sobre una iniciativa de paz juvenil mediterránea junto a su homólogo de Barcelona, el cardenal Juan José Omella.
Dado el limitado número de información sobre la condición de Francisco, ambos fueron bombardeados con preguntas sobre la salud del Sumo Pontífice. “Todo es posible”, respondió Aveline cuando le consultaron si el argentino podría renunciar si no se recupera por completo.
Luego, Omella insistió en que la vida de la iglesia continuaba incluso con Francisco en el hospital. “Los papas cambian, los obispos cambian, los sacerdotes en las parroquias cambian, las comunidades cambian. Pero el tren sigue en movimiento”, agregó.
Otro cardenal, Gianfranco Ravasi, había hablado más temprano sobre la posibilidad de renuncia cuando se le preguntó si Francisco podría decidir seguir los pasos de Benedicto XVI y renunciar. “No hay duda de que si él (Francisco) estuviera en una situación donde su capacidad de tener contacto directo (con las personas) como le gusta estuviera comprometida, entonces creo que podría decidir renunciar”, declaró a la radio RTL 102.5.
Francisco hizo gala de su humor característico durante la visita del miércoles de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, a su habitación del Gemelli, burlándose de los falsos rumores sobre su muerte que habían circulado por las redes sociales la noche anterior.
“Alguien rezó para que el Pontífice fuera al Paraíso, pero el Maestro de las Misas pensó que igual me dejaba aquí”, bromeó el Papa, según el diario italiano Corriere della Sera. El Sumo Pontífice habló con la respiración ligeramente entrecortada, pero mantuvo su típica sonrisa generosa y el brillo de sus ojos mientras recibía a Meloni en la décima planta del hospital, según consignó el mismo medio.
La visita se produjo en medio de un torbellino de especulaciones en las redes sociales sobre su supuesta muerte, que el Papa abordó con su característico humor. “Sé que hay gente por ahí que dice que ha llegado mi hora. ¡Siempre llaman a la desgracia!“, declaró.
Durante los 20 minutos que duró el encuentro, según confirmó la oficina de la primera ministra, Francisco reconoció los consejos médicos que había recibido respecto a su recuperación. “Los médicos me han dicho que necesito tomarme un tiempo. No debo reunirme con mucha gente y no puedo trabajar mucho aquí”, expresó.