Una fotografía del renombrado matador español, Fran Rivera, toreando con su hija de cinco meses en brazos generó una gran polémica en ese país, en la que se implicaron por igual organizaciones de defensa de los derechos de los menores y de los animales.
"Expresamos nuestro deseo de que no se repitan estos comportamientos", informó el martes la oficina del Defensor del Menor andaluz, antes de trasladar el caso a la fiscalía de menores para que sea estudiado pro la justicia.
"Estamos totalmente en contra de que se quiera inculcar a los niños una violencia como la que representa la tauromaquia", declaró por su parte Laura Duarte, portavoz del Partido Animalista (PACMA).
Esta agrupación presentará el miércoles un escrito ante la dirección general de la Familia y el Menor de la región de Madrid, "para saber si ha podido haber una imprudencia y exigir una sanción económica".
La polémica empezó el domingo cuando Fran Rivera, "Paquirri", publicó en su cuenta de Instagram una fotografía en la que aparecía toreando una vaquilla con su hija Carmen en brazos.
"Debut de Carmen, es la quinta generación que torea en nuestra familia" decía el texto que acompañaba la fotografía. El padre de Fran Rivera fue otro famoso torero español, que murió en 1984 por una herida sufrida en una corrida.
Las reacciones en las redes sociales no se hicieron esperar.
"De ser cierta la imagen, mostramos nuestro absoluto rechazo", tuiteó el Defensor del Pueblo del gobierno autonómico andaluz, Jesús Maeztu Gregorio de Tejada.
Pero su actuación no sólo generó críticas, y numerosos famosos toreros españoles, como Eduardo Dávila o Manuel Benítez ('El cordobés') se solidarizaron con su compañero, difundiendo fotografías en las que se los veía toreando acompañados también por sus hijos pequeños.
Según las últimas cifras oficiales disponibles, en 2014 se celebraron 1.868 festejos taurinos.
Rivera subió la apuesta que mostraba que, efectivamente, sus afirmaciones eran ciertas.
Ese año, atrajeron a seis millones de espectadores, según la Asociación Nacional de Organizadores de Espectáculos Taurinos (ANOET), que también afirma que la Fiesta tuvo un impacto económico al alza de 3.559 millones de euros, contando tanto corridas como encierros.
Las corridas dividen, sin embargo, la sociedad española. Mientras que en 2010 el gobierno catalán prohibió las corridas en esta región, las grandes ciudades gobernadas por la izquierda desde el pasado mes de mayo -Madrid, Zaragoza o Valencia- decidieron recientemente retirar sus subvenciones y apoyo público a la tauromaquia.