Los restos de unas 450 personas decapitadas, como se hacía con quienes se sospechaba eran vampiros, fueron descubiertos en una tumba en el municipio rural de Luzino, en la región de Pomerania Occidental, Polonia, informó el medio Nadmorski24.
El hallazgo se produjo durante la realización de obras viales en el lugar. Los arqueólogos que hicieron las excavaciones confirmaron que algunos de los restos habían sido decapitados y las cabezas cortadas habían sido colocadas deliberadamente entre las piernas de los difuntos.
Se cree que los esqueletos encontrados fueron sometidos a rituales destinados a protegerse de la "maldición de los vampiros", una práctica que era común en la región de Casubia durante el siglo XIX.
Otro detalle que sorprendió a los arqueólogos fue la presencia de monedas en las bocas de los esqueletos, que -según la creencia popular- servían para neutralizar la amenaza percibida del vampirismo.
El arqueólogo principal Maciej Stromski explicó que antiguamente se pensaba que el acto de decapitación evitaba que los muertos volvieran a la vida. "Se creía que si un miembro de la familia del difunto moría poco después del funeral, entonces él o ella podría ser un vampiro", dijo.
Para hacer frente a esta eventualidad, "después del entierro, se excavaba la tumba y se cortaba la cabeza del difunto y era colocada entre sus piernas", detalló.
En uno de los hallazgos, sobre el pecho del cuerpo decapitado de una mujer se había colocado el cráneo de un niño, lo que evidencia los miedos profundamente arraigados y las creencias supersticiosas que eran parte de la cultura local en aquel entonces.
Una exploración adicional del lugar reveló que alrededor del 30 por ciento de las tumbas contenían ladrillos colocados junto a las piernas, brazos y cabezas de los esqueletos.