Sucedió en el Hospital de Oliveira de Azeméis, en la ciudad portuguesa de Santa Maria da Feira. Un hombre de 92 años fue hospitalizado por problemas respiratorios y durante su estadía en el nosocomio, contrajo coronavirus. Tras unos días de lucha contra la enfermedad, el 10 de enero lo declararon fallecido y, ante el contexto y de acuerdo a lo expuesto por su hijo, Aurelino Vieira, no le permitieron ver el cuerpo.
Con dolor por pérdidas, el 12 enero la familia del nonagenario realizó el último adiós y su entierro. Sin embargo, este último sábado, 20 días después de la triste noticia, en la institución médica se dieron cuenta que habían sepultado a otra persona y contactó a las familias perjudicadas para explicar lo sucedido.
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"Los médicos del hospital vinieron a hablar conmigo diciendo que había un error y que mi padre estaba vivo. Pidieron que lo confirmara y se disculparon por el error", relata Vieira, quien se hizo presente en el hospital inmediatamente luego del llamado.
Una vez arribado al nosocomio, pudo confirmar que su padre estaba consciente y hasta pudo hablar con él. Pese a los daños emocionales producto de la negligencia del personal del establecimiento sanitario, Vieira mostró comprensión por lo sucedido dada la emergencia sanitaria provocada por el Covid-19.
"Sé que a estas alturas los médicos están trabajando duro, pero espero que este evento sirva para tener más cuidado en el futuro", manifestó.
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