Un culto sexual y religioso conmociona a Turquía luego de ser denunciado por una periodista que logró escapar del mismo, y su excéntrico líder concentra todas las miradas.
Se trata de Adnan Oktar, un hombre de 62 años que llevaba adelante una secta, en la que predica su propia versión del islam, cuyo objetivo principal es traer niños al mundo.
Oktar comenzó su actividad como predicador en Estambul en la década de los 80 y en poco tiempo logró una fuerte base de seguidores, a quienes llama sus “buenos amigos”.
Poco a poco fue ganando riquezas y poder, al punto que en 2011 fundó un canal de televisión para predicar su versión del islam (que, entre otras cosas, establece que las mujeres no deben cubrir su cuerpo, sino mostrarlo, salvo los pezones y la entrepierna), que es visto en distintos países del mundo.
Oktar suele mostrarse rodeado de bellas y voluptuosas mujeres, a quienes muestra en su propio programa y a las que suele pedirles que bailen de forma sensual frente a cámara.
Luego del testimonio de la reportera que logró escapar del culto (identificada como Fulya) salieron a la luz varias denuncias contra él y otros miembros del culto, que indican que seducen a mujeres jóvenes y las convencen de participar en orgías, las cuales graban en video para luego chantajearlas y manipularlas.
"Yo tenía el cerebro lavado, este hombre me (decía que) tenía un cupo asegurado en el paraíso y que todos los que estaban por fuera irían al infierno. Me estaba salvando del demonio. De esa forma pensaba", relató Fulya, a quien mantuvieron retenida durante meses en un edificio del cual, finalmente, pudo salir, en pijama y cargando solo su documento de identidad.
Según su testimonio, los hombres que forman parte de la secta están divididos en dos grupos: uno conformado por ricos pertenecientes a las elites de Estambul, y otro de hombres provenientes de familias pobres, reclutados por sus diversos talentos.
A pesar de las denuncias y el testimonio de la periodista en cuestión, no se ha podido demostrar que Oktar haya ejercido abusos o explotación sobre las mujeres de su culto.
No obstante, muchos turcos creen que las investigaciones no prosperan por la buena relación de este hombre con el régimen de Erdogan.
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