Así lo señalaron sus servicios de seguridad tras una serie de operativos. Hace una semana, el ataque en una sala de conciertos de Moscú dejó 144 muertos.
Los servicios de seguridad rusos afirmaron en las últimas horas haber arrestado a tres personas procedentes de un país de Asia Central sospechosas de planear un atentado con explosivos en el sur del país. El anuncio se produjo una semana después del ataque contra una sala de conciertos en Moscú.
Los FSB indicaron en un comunicado citado por las agencias rusas que "pusieron fin a las actividades terroristas de tres ciudadanos de un país de Asia Central" que planeaban explotar un artefacto en un lugar público de la región de Stávropol.
Según la agencia Ria Novosti, se encontraron materiales para la fabricación de un artefacto explosivo artesanal y sustancias químicas en el domicilio de los sospechosos. La televisión rusa mostró imágenes de un grupo de hombres inmovilizados en el suelo por agentes del FSB.
Esta novedad fue dada a conocer una semana después de un atentado contra la sala de conciertos de Crocus City Hall en las afueras de Moscú, que dejó 144 muertos y 360 heridos y que fue reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI), aunque las autoridades rusas aseguraron que hay una trama ucraniana vinculada con el ataque.
La ONG Human Rights Watch (HRW) denunció los actos de tortura cometido por las autoridades rusas contra los sospechosos del atentado en la sala de conciertos Crocus City Hall de Moscú y consideró que ni siquiera un suceso "tan atroz" los justifica.
"Nada, ni siquiera una masacre tan atroz, justifica la tortura y mucho menos la hace legal", expresó la directora asociada de HRW para Europa y Asia Central, Tanya Lokshina, luego de hacerse públicas imágenes de los arrestos y torturas de los sospechosos, presumiblemente tomadas por agentes del orden.
"El intercambio rápido y generalizado de estos videos no parece ser un accidente, sino más bien una especie de alarde atroz por parte del gobierno de Putin de su descarado desprecio por los derechos básicos, la humanidad fundamental y el Estado de derecho", opinó Lokshina en un comunicado.
Desde la organización lamentaron que los funcionarios públicos no hayan hecho "ningún llamado para exigir responsabilidades" a los servicios policiales y de seguridad rusos, a pesar de los "fuertes indicios de que han estado cometiendo y publicitando torturas". Asimismo, recordaron que la tortura está "absolutamente prohibida" según el Derecho Internacional consuetudinario y subrayaron que "no hay excepciones" a dicha prohibición.
"La tortura no sólo es ilegal e inmoral, sino que también pone en peligro el Estado de derecho y la justicia para las víctimas", advirtió Lokshina, apelando a "las autoridades rusas al más alto nivel" para que declaren "una política de tolerancia cero ante la tortura". "Todos los incidentes deben investigarse pronta y exhaustivamente, y los responsables deben rendir cuentas", exhortó la representante de HRW.
Después del ataque a la sala de conciertos, las autoridades de Rusia informaron de la detención de cuatro presuntos atacantes y siete cómplices. Al día siguiente, un tribunal de Moscú, en audiencias a puerta cerrada, decretó prisión preventiva para los cuatro sospechosos, que llegaron a la sala con visibles y extensas heridas.