Luego de 22 años se sigue recordando el atentado más grande que sufrió Estados Unidos, ocurrido el 11 se septiembre del 2001 cuando el grupo terrorista Al Qaeda, dirigido por Osama Bin Laden, secuestró los vuelos 11 de American Airlines y el 175 de United Airlines para estrellarlos y derribar las Torres Gemelas.
El atentado a los emblemáticos edificios dejó un saldo de 2.996 muertos y más de 25 mil heridos, aunque no fue el único atentado ocurrido aquel día, por lo que hubo más víctimas.
Las Torres Gemelas fueron creadas por Minoru Yamasaki y formaban parte del World Trade Center, un complejo de siete edificios ubicados en el Distrito Financiero de Manhattan.
Estos edificios de acero tenían 110 pisos y 417 metros de altura, aunque una de ellas medía 415. Las dos torres eran los edificios más altos de Manhattan en el momento de su finalización y las cuartas en el ranking mundial, por detrás de las Torres Petronas en Malasia (452 metros de altura), las Torres de Sears en Chicago (443 metros de altura) y la Torre Jin Mao en China (421 metros de altura).
El primer avión secuestrado por el grupo terrorista Al Qaeda fue el 11 de American Airlines, el cual estrelló en la torre norte del complejo World Trade Center en la Ciudad de Nueva York a las 8:46.
Solo 17 minutos después, el vuelo 175 impactó contra la torre sur, aumentando el pánico entre las personas que se encontraban en la zona. Luego de dos horas del impacto, ambas torres se terminaron derrumbando.
Un tercer vuelo, el 77 de American Airlines, había partido desde Washington-Dulles y fue secuestrado por cinco integrantes de Al Qaeda cuando sobrevolaba la zona de Ohio. La estructura atacada en esta ocasión fue el Pentágono, que sufrió el choque a las 9:37. En total murieron las 64 personas que viajaban en el avión y otras 125 que se encontraban en el edificio.
El último avión secuestrado fue el vuelo 93 de United Airlines, que tenía como destino Washington D.C.. Pero los pasajeros de este avión lograron hacerse con el control del mismo y desviaron el vuelo de su objetivo, la Casa Blanca o el Capitolio de los Estados Unidos. Finalmente se estrelló en un campo de Shakesville y murieron las 44 personas que iban en la aeronave.
La respuesta de Estados Unidos, apoyada por varios país del mundo, fue invadir a Afganistán e Irak, y más cerca en el tiempo la operación con fuerzas especiales en la que el líder de Al Qaeda, Bin-Laden, fue abatido en Pakistán.
Sin embargo, es necesario diferenciar la situación de Afganistán de la de Irak. En el primer caso se trató de una acción militar legitimada por el Consejo de Seguridad de la ONU como acto de autodefensa. Los talibanes de Afganistán fueron derrocados en pocos meses.
Cuando George W. Bush atacó Irak en 2003, no existió tal legitimación. Solo hubo acusaciones falsas sobre los vínculos de Sadam Husein con los terroristas del 11-S y acusaciones igualmente falsas de que el dictador iraquí estaba produciendo armas de destrucción masiva.
Después de dos décadas de lucha, los talibanes volvieron a recuperar el poder en Afganistán, mientras que la situación en Irak parece haberse estabilizado tras años de una anarquía que favoreció la aparición del Estado Islámico (ISIS).
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