El alcalde en funciones de Barcelona, el argentino Gerardo Pisarello, cuyo padre fue asesinado por la dictadura, encabezó ayer junto a compañeros suyos de la asociación H.I.J.O.S, un acto de repudio al fallo de la Corte Suprema de Justicia de Argentina que concedió el beneficio de la ley “2x1” a Luis Muiña, condenado por crímenes de lesa humanidad.
“La batalla contra la impunidad no se acaba nunca”, afirmó Pisarello, quien señaló que “a pesar de los grandes avances que se habían hecho en Argentina”, en este momento el gobierno de Mauricio Macri “pone en cuestión” lo que ocurrió durante la última dictadura militar.
Rodeado de centenares de manifestantes reunidos en la céntrica Plaza Sant Jaume de Barcelona, delante de la sede del Ayuntamiento, el alcalde argentino añadió: “Estamos enormemente preocupados, se habla de la guerra sucia cuando lo que se produjo fue una operación criminal planificada desde el aparato estatal; y se impulsó que el poder judicial argentino haya aprobado una sentencia que significa un retroceso enorme en lo que Argentina había conseguido como conquista civilizatoria en materia de jurisprudencia sobre los derechos humanos”.
“El mundo hablaba de lo que jueces y juezas argentinas estaban haciendo, y esa sentencia es un retroceso porque desconecta a la Justicia argentina del derecho internacional”, insistió.
En tanto, un grupo de argentinos residentes en Roma se movilizaron en la capital italiana en apoyo a la concentración en Plaza de Mayo en repudio al fallo de la Corte Suprema de Justicia que habilitó la aplicación del cómputo 2x1 a condenados por delitos de lesa humanidad.
Convocados por el “Grupo de argentinos en Italia por la Memoria, la Verdad y la Justicia”, unas 70 personas se concentraron en la Plaza de la basílica Santa María la Mayor, a poco más de 100 metros de la embajada argentina ante Italia, para repudiar el fallo de la Corte.
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