Frente a la marcha opositora del sábado que pidió su renuncia y el inminente medio millón de muertos por coronavirus en Brasil, el presidente Jair Bolsonaro lanzó una contraofensiva para cuestionar a la vacuna china CoronaVac y anunció que prorrogará las ayudas para enfrentar la pandemia cuando siempre despreció esa posibilidad, en un intento por recuperar su posición en las encuestas para las elecciones de 2022, en las que aparece favorito el exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva.
La reacción de Bolsonaro se da, también, cuando la comisión parlamentaria de investigación del Senado sobre la pandemia confirmó con videos institucionales que, en enero, en pleno colapso hospitalario en la capital amazónica de Manaos, el Gobierno envió una misión de médicos amigos del presidente para convencer al sistema público de adoptar un tratamiento que no estaba comprobado científicamente, el uso de cloroquina para pacientes de Covid-19, en vez de fomentar las medidas de distanciamiento y la llegada de vacunas. A esto se suma una política errática con las vacunas.
Luego de haber desestimado una oferta de Pfizer de 70 millones de dosis por no creer en la inmunización, Bolsonaro ahora defendió la vacuna estadounidense y despreció a la rusa CoronaVac, que representa el 52% de la población vacunada de su país.
Este último gesto de desprecio se debe principalmente a quien negoció la llegada de esa vacuna al país, el gobernador de San Pablo, Joao Doria, quien se lanzó como candidato de la derecha no negacionista a la Presidencia en 2022.
Y como contracara de este ataque, defendió su negociación reciente con Pfizer para acelerar el contrato de 200 millones de dosis adquiridas por Brasil.
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"Propongo hacer un test científico, vacunemos a una ciudad con Pfizer ya otra con Coronavac para ver los resultados. Voy a proponer esa idea a Marcelo Queiroga, el ministro de Salud", dijo Bolsonaro a una radio del estado amazónico de Rondonia, vecino a Bolivia.
El discurso de Bolsonaro -seguido de una caravana de motos de militantes ultraderechistas realizada en San Pablo el sábado pasado- apuntó a tener la hegemonía dentro del espacio de la derecha para consolidarse como opción, explicó a Télam el analista político Albero Almeida, del Instituto Brasilis. "El busca dar un mensaje para confirmar a su propio público, para mantenerlo a su lado", explicó Almeida.
Este clima preelectoral amenaza además con el crecimiento sostenido de contagios en el país. Los tres estados sureños que limitan con Argentina se encuentran entre los mayores seis focos de contagio del país y tienen situaciones de colapso hospitalario, sobre todo en Santa Catarina y Paraná.
Pese a ello, Bolsonaro mantiene su discurso e insistió en pedir a los gobernadores eliminar las cuarentenas y las medidas de restricción al comercio.