La búsqueda de testimonios de quienes están viviendo en carne propia el drama de la guerra es de los más buscado a la hora de producir una noticia, pero algunas respuestas pueden sorprender al periodista más entrenado.
Es el caso de lo que les pasó a Esteban Mirol y Marisa Andino, conductores de Telenueve (El Nueve) quienes esta semana entrevistaron a Alejandro Herlan, un argentino que reside actualmente al norte de Ucrania.
Herlan es bailarín y profesor de tango y eligió ese país para vivir por las posibilidades que le brinda y la calidad de vida, y no se mostró con miedo de cara a la escalada del conflicto entre Rusia y Ucrania que tiene en vilo al mundo.
"¿Salen a la calle ahora o tienen miedo que les caiga un misil, no le tienen miedo a un misil?", le preguntó Mirol desde el piso al ver que su entrevistado no se mostraba muy preocupado por lo que está pasando en estos días. "Mirá, yo soy de Lanús... así que tanto miedo no le tengo al misil", fue lo primero que le contestó Herlan con una sonrisa, vía Skype.
"Tremendo, lo que acabás de decir es tremendo", atinó a responderle Mirol, que no salía de su asombro, mientras en pantalla dividida se mostraba el rastro de la guerra, con destrucción, autos y casas en llamas y esquirlas de algún bombardeo en las calles de Kiev.
"Si sos de Lanús... Yo volví a mi casa a las tres de la mañana, tenía que caminar cuatro cuadras", graficó intentando trazar un paralelismo con lo que es la supervivencia en el conurbano de la provincia de Buenos Aires y una guerra con enfrentamientos militares.
Un análisis que no cualquier analista internacional podría interpretar, mucho menos si no nació en la Argentina.
En otro pasaje de la comunicación, Herlan admitió que "la cosa está complicada, nosotros estamos cerca de Járkov. No sé si saben pero dicen que Rusia ya tomó Járkov y que la próxima ciudad es la nuestra así que estamos medio preocupados".
Sin embargo, fiel a su personalidad, intentó desdramatizar la situación, contó que estaba en compañía de su pareja Anya y reveló que este conflicto "no se lo esperaba nadie, la gente de acá seguía trabajando como si nada".