El piloto de San Justo obtuvo un tercer puesto en la primera final y logró la victoria en la segunda, en la sexta fecha desarrollada en el autódromo Ciudad de Castelli.
El autódromo bonaerense Ciudad de Castelli vibró el pasado fin de semana con el Gran Turismo Metropolitano (GTM), que tras un par de postergaciones pudo darle vida a la sexta fecha de su calendario, que constó de dos finales, y compartió el programa con la Promocional Berisso y Limitada Belgranense. En ese contexto, el piloto de Isidro Casanova, Federico Juárez, se las ingenió con su Chevrolet 400 para mantenerse en la cumbre del campeonato, a través de una tarea que conllevó a una sumatoria interesante de puntos: una victoria y un tercer puesto fue la cosecha fina que levantó el piloto de San Justo en Castelli.
En lo que fue la primera final, pactada a 12 giros al trazado de 2.100 metros de cuerda, Federico Juárez subió al tercer escalón del podio de una carrera intensa, cuya victoria quedó en manos de Maxi Ottonello (Ford), de Virrey del Pino, quien hace binomio con su vecino y coterráneo, Luis Tonetto (había sufrido un abandono en la carrera anterior por la rotura de un neumático), mientras que el segundo escalón del podio le correspondió a Matías Martínez, de San Justo, (arma binomio con el de San Francisco Solano, Marcelo Fedeli), a bordo de la Chevy que prepara el Martínez Motorsport.
"Fue una carrera complicada porque Matías (Martínez) nos corrió de principio a fin. No me equivoqué, pero cuando pasó, a él le sucedió lo mismo", contó Maxi Ottonello, quien había logrado la pole en clasifica y además le dio forma a su segunda victoria y la cuarta del binomio.
A su vez, Matías Martínez entendió que "no había un alfiler de diferencia; lo buscamos por todos lados, pero Maxi cubrió bien, pero el segundo puesto es importante".
A su vez, Guillermo Santoro, de San Justo, logró recuperarse con su Ford del abandono en la fecha, ya que recibió la bandera de cuadros en el quinto puesto de la primera final. Por su parte, Carlos Iturgay, de San Justo, puso al Ford atendido por Mario Martínez Motorsport, en el séptimo lugar del clasificador final, mientras que a sus espaldas finalizó el de Lomas del Mirador, Carlos Ramos (Chevy). En tanto, Carlos Da Silva, de Virrey del Pino, logró dejar atrás el abandono en el capítulo pasado, en lo que fue su retorno a la categoría, al finalizar 10°. Representó un gran resultado para el Portugués, ya que el despiste de la carrera anterior había dejado maltrecho a su Ford Farlaine, pero el equipo de Diego Valle trabajó contrarreloj para llegar a Castelli.
Y, un poco más atrás, arribó el de Isidro Casanova, quien se ubicó 14° en la primera final, con la Chevy atendida por el equipo de Diego Valle.
Si la primera final le había dibujado una sonrisa, qué decir de la segunda. Es que Federico Juárez puso nuevamente a su Chivo 400 en lo más alto. Se impuso al cabo de los 12 giros, y dejó atrás al de Castelar, Rodrigo Abba y al Ford de Guillermo Santoro, de San Justo.
En la previa habían aparecido inconvenientes, que fueron subsanados con celeridad. Tanto fue así, que el piloto de San Justo, Fede Juárez hilvanó en Castelli su segunda victoria consecutiva. "Trabajamos duro para llegar y quisimos venir como para sumar algunos puntos, pero lejos estaba de imaginar que ganaríamos", señaló Juárez, quien agregó: "No me esperaba semejante alegría"
A todo esto, Carlos Iturgay (Ford, de San Justo) mejoró lo hecho en la final inicial y se metió quinto, mientras que el piloto de San Francisco Solano, Marcelo Fideli, tomó la posta con la Chevy, que Matías Martínez había guiado en la primera prueba, y llegó en la 9° posición, mientras que detrás llegó el lomamiradense, Carlos Ramos.
En un pelotón que giró un poco más atrás, se encolumnaron, Carlos Da Silva, en el duodécimo puesto, seguido por los ganadores de la primera final Tonetto-Ottonello, de Virrey del Pino, mientras que en la 17° terminó el representante de San Justo, Cristian Di Franco.