Almirante Brown visitará a Gimnasia de Jujuy, con el objetivo de conseguir los tres puntos que estuvieron a punto de obtenerse en el debut del técnico. “La felicidad supera la angustia del empate sobre la hora", aseguró.
Luego de un debut agridulce de Guillermo Szeszurak al frente de Almirante Brown, se viene otro desafío para el Mirasol. Es que el domingo a las 21 (en primera instancia se iba a jugar el sábado) tendrá que visitar a Gimnasia de Jujuy en La Tacita de Plata. Será en el marco de la undécima fecha de la Zona B de la Primera Nacional, y con la supervisión de Nelson Sosa.
El estreno del Búfalo en el banco aurinegro dejó algunos aspectos positivos y otros no tanto. En este último ítem haber dejado dos puntos en el camino cuando faltaba nada para terminar dejó una herida en el ánimo del plantel. Sin embargo, en medio de la desazón y de masticar bronca, también hubo puntos para rescatar; por caso haber puesto contra las cuerdas a Gimnasia y Esgrima de Mendoza, nada menos que al líder de la Zona B. Además, la actitud del equipo a través de la entrega avisó que hay aroma a recuperación, más allá del resultado.
La impotencia y la bronca por no haber logrado el objetico cuando había estado a nada de alcanzarlo dominó en Casanova, pero, al mismo tiempo, el árbol no tapó el bosque. El entrenador optó por echar mano a los aspectos positivos que su equipo había enviado desde la cancha. “Tenemos una idea clara y buscamos los tres puntos”, dijo el Búfalo, quien ponderó el despliegue físico de Almirante. “Hicimos un buen planteo y creo que fue interesante para contrarrestar a un gran equipo como Gimnasia”, afirmó y añadió: “Los chicos reaccionaron y mostraron la garra que se necesita. Por eso la gente despidió al equipo con aplausos, a pesar de la bronca que te empaten en el final”.
Al referirse a su debut, Guillermo Szeszurak dejó claro que lo vivió con el pecho inflado. “La felicidad supera la angustia del empate sobre la hora. Pero hay que tener los pies sobre la tierra y seguir trabajando”, apuntó.
La mancha de ese estreno se dio en la tarjeta roja que vio cuando había finalizado el partido tras un cruce que protagonizó con el árbitro, Pablo Giménez. “Todo lo que tenía que decirle al árbitro se lo dije en la cara. Le hablé bien y con respeto”, aseguró y detalló los argumentos de su protesta. “La jugada previa al gol de Gimnasia era lateral, pero dio córner, y además los 12 minutos del partido, te condicionan”.