“ESTOY SEGURA DE QUE NO CUALQUIER CONDUCTORA ESTA EN CONDICIONES DE ESTAR AL FRENTE DE ESTE CICLO”, dice.
La reina
de la
bailanta
Dice que encara con fanatismo cada proyecto de su vida. Y, aunque también escucha otras músicas, asegura que no podría hacer el clásico programa de los sábados si no tuviera pasión por el género
Por NESTOR GUTIERREZ MONACO
Si puedo conducir la movida tropical, estoy capacitada para conducir cualquier otro tipo de programa. Porque no es fácil lo que yo hago, y estoy segura de que no cualquier conductora está en condiciones de estar al frente de este ciclo”, dice Marcela Baños, la cara femenina del programa bailantero Pasión de Sábado, que se emite por América y que anima junto a Hernán Caire, y del ciclo radial Apasionados, que sale al aire de lunes a viernes entre las 12 y las 14 por la FM 102.7.
-¿Cómo definirías a Pasión, o qué representa en tu vida?
-Pasión es mi vida o forma parte de mi vida. Siempre digo que es una pasión que tengo bien adentro y que si no la tuviera, no podría estar en este programa. Pasión tiene mucho de mí misma, porque por ejemplo tiene la música, la alegría y el fanatismo con el cual yo encaro cada una de las cosas que me propongo en la vida. Si estoy en este espacio es por mérito propio, porque nadie me regaló nada.
-¿Sos amante sólo de la cumbia?
-La cumbia me gusta como me gustan otros géneros musicales. Pero no escucho únicamente cumbia, aunque soy una defensora a ultranza de esta música. Porque sé positivamente que la cumbia es muy importante en la vida de mucha gente que sigue nuestro programa. En lo personal, le estoy eternamente agradecida a estos dos programas, tanto el de la radio como el de la televisión, porque me permiten hacer lo que me gusta y vivir de los medios de comunicación.
-¿Te sentís la reina de la bailanta, como diría Cacho Castaña?
-Siempre juego con ese calificativo, aunque la canción de Cacho habla de un travesti. Es más, cada vez que Castaña viene al programa le pido que por favor me dedique ese tema. Dentro del programa, me siento la reina de la bailanta, pero eso no quiere decir que la gente también tenga que sentir lo mismo que yo. Desde que tenía 15 años me vengo preparando para ocupar el lugar que actualmente ocupo en la televisión y en la radio. No soy una improvisada ni una paracaidista. Soy locutora profesional egresada del ISER. Pero nunca imaginé sinceramente que iba a llegar a ser una de las caras visibles de la movida tropical.
Glamorosa y popular
-¿Qué diferencia hay entre el programa de la tele y el de la radio?
-En esencia son dos versiones diferentes de un mismo producto. En principio, ambos programas apuntan al mismo público. Ahora en la televisión juego más el rol de presentadora de los conjuntos musicales, en cambio en la radio tengo la oportunidad por ejemplo de dialogar más con las visitas o los entrevistados. Si bien es cierto que yo me hice conocida gracias a Pasión de Sábado, no es menos cierto que la radio también me acercó a mucha más gente.
-Conduciendo dos programas musicales, ¿no te dan ganas de cantar y hasta de grabar tu propio disco?
-Me han ofrecido en varias oportunidades grabar un CD. Es más, si yo hubiera querido, ya lo tendría grabado. Pero siempre dije que no. Sin embargo en el programa he cantado varias veces y lo pienso seguir haciendo. Me he dado el gusto por ejemplo de cantar con Leo Mattioli, Damas Gratis, El Empuje y Dalila, entre otros. Pero el hecho de cantar siempre lo tomé como un juego y no como un trabajo. A mí profesionalmente lo que más me importa es afianzarme como conductora.
-¿Cómo sos cuando estás lejos de una cámara de televisión?
-Te diría que soy una mujer con mucho sentido del humor. Pero con un humor bastante ácido. Es más, cuando estoy en mi casa o en la calle me muestro tal cual soy delante de una cámara. Soy una tipa frontal y que defiende a muerte sus convicciones. Por eso en su momento me molestó mucho la parodia que Silvina Escudero hizo de la cumbia en Bailando por un Sueño.
-¿Por qué terminó el programa Novias Argentinas que conducías en la televisión por cable?
-Simplemente porque se terminó un ciclo. Fueron siete años muy lindos los que estuve al frente de ese programa. Novias Argentinas me permitió crecer mucho laboralmente, porque saltaba de lo popular que tiene Pasión de Sábado a lo glamoroso de un programa dedicado a ayudarlas a vestirse a las novias. Era como ir de los Pibes Chorros al diseñador de modas Laurencio Adot sin escalas. En Novias Argentinas yo siempre decía que el día que me casara, el programa se tenía que terminar. (Sonriéndose) Tal vez ahora haya llegado el momento de casarme yo.