Berisso es un destino único para los pescadores deportivos. Todo el año nos propone una renovación de especies fenomenal y, en épocas de transición, podemos elegir un verdadero "menú a la carta" de especies. En estos tiempos, por ejemplo, podemos optar entre seguir disfrutando del excelente pique de bagres de mar (con cosechas de hasta 50 piezas por día), practicar pesca ultraliviana en los canales interiores con doradillos y pirá pitás, intentar con éxito una pesca exclusiva de manduvas, golpear los malecones con señuelos en busca de dorados o -lo que hicimos en este caso- intentar con las reinas del verano: las bogas.
Las damas del río están haciendo su arribo en cantidad y calidad. Y si bien le falta un poco a esa pesca para estar óptima -cosa que ocurre a mediados de diciembre-, quienes quieran darse el gusto con las bogas grandes de estas piedras siempre rendidoras ya pueden vivir batallas memorables.
Nuevamente nuestro guía referente en la zona, Joaquín Hasaín, nos convocó diciéndonos que los intentos que venía haciendo con la especie al regreso de las jornadas de bagre de mar venían aumentando los rindes. Así, con los primeros clientes ansiosos por pescarlas en exclusiva, arrancó su temporada de bogas pescándolas con gran éxito. La clave es elegir un buen lugar de acuerdo con la marea que esté teniendo el río y cebar bien la zona, cosa que Joaquín hace religiosamente con maíz. Es muy notable ver cómo tras un compás de espera los piques comienzan a pasar de tímidos a firmes, y hay momentos de verdadero frenesí donde todas las cañas están dobladas con clientes felices y pescando bogones que largamente pasan los dos kilos y a veces han orillado los 5. Aunque a veces para llegar a éstos primero pasamos por insufribles bogas chiquitas que arrebayan las carnadas primero. Sin dudas esta pesca de bogas es una pesca calificada digna del Alto Paraná, que podemos hacer apenas recorriendo 65 km desde el Obelisco porteño. Lo mejor: usando equipos livianos, con cañas de bait de 2,10 de hasta 20 libras, gozaremos de peleas inolvidables que nos someten a muchos imponderables, como que la boga se pase del otro lado de la línea de palos, o bien que intente meterse debajo del bote haciendo que toda la tripulación haga un verdadero ballet arriba de la lancha para dejarle cancha libre al que está en la pelea.
Sin dudas éstas son las cosas lindas que nos da esta especie, que si bien está muy firme tomando maíz, no desdeña por momentos otros cebos como la masa (especialmente si son dulces) y el clásico salamín. Pero si la idea es apuntar a las grandes, usar maíz será clave para evitar el chiquitaje. Aparte, el maíz también suele tentar muy fuertemente a las carpas, que en los malecones suelen pasar los 7 kilos. En cuanto al aparejo, se usa línea simple de un anzuelo elevado, es decir que trabaja más arriba de la plomada, para evitar enganches. El anzuelo óptimo puede ser uno tipo chinu 5, de gap amplio y pata corta. La plomada ideal es el palito uruguayo, que zafa muy bien de los enganches. No se preocupen si no cuentan con ellos, pues nuestro guía se los proveerá con gusto. Por lo demás, apelamos a la conciencia de los pescadores para que sólo sacrifiquen uno o dos ejemplares para consumo por pescador, evitando tristes matanzas de cajones llenos que en general tienen destino de "pescado para regalar", hecho que va en desmedro del cuidado del medio ambiente que pregonamos desde estas páginas. Vaya y disfrute.