Una de las principales mascotas que suelen elegir las familias argentinas es el gato. Los hay de diversas razas y personalidades, lo que los convierten en perfectos compañeros del día a día para muchas personas que viven en departamentos o casas con jardín. Si bien muchos son cariñosos y compañeros, puede haber algunos que son un poco ariscos y la especialista veterinaria Ana María Sánchez relata cuáles son los mejores consejos que pueden seguirse para mejorar el vínculo.
Como primera medida para entrar en el universo de los gatos, la profesional aclara la importancia de entender que hay diferentes aspectos, colores, pelajes y personalidades: "Cada gato es un mundo por lo que no se puede confundir que todos deben ser iguales. Están aquellos que son cariñosos, juguetones, glotones, dormilones, ariscos y antisociales. En el caso de estos últimos, es una característica que suele aparecer que les obliga a huir a cualquier presencia y prefieren estar en su cómoda soledad. Es clave que pueda comprenderse la especificidad de cada uno de ellos para no confundir las acciones y reacciones que se tengan en diferentes ocasiones".
Si bien todos los gatos pueden tener alguna reacción poco social, están los felinos que tienen una personalidad arisca bien definida: "Hay gatos que son considerados ariscos porque cuentan con conductas asociadas a la agresividad. En términos generales, los felinos que cuentan con esta personalidad se mantienen a la defensiva con una actitud amenazante, no solamente contra las personas, sino también con las demás mascotas que pueda haber en la casa. Es una situación que puede suceder bastante a menudo y sobre lo que se debe actuar en consecuencia para evitar malos entendidos entre los convivientes".
Como primera recomendación, se debe comenzar respetando los espacios de los gatos: "Hay algunos que en el afán de buscar y forzar la socialización con el felino, terminan siendo víctimas de arañazos y mordeduras. Pese a intentar caer bien, no logran tener un retorno de un gesto cariñoso de parte de la mascota". Luego, agrega: "También es verdad que el cariño de los gatos es más difícil de conquistar que la de los perros".
La paciencia ante la mascota debe ser el mejor amigo del amo: "Forzarlos es el peor error que puede cometerse. No hay que presionar para que el felino realice cosas que teme o que no son de su gusto por lo que se deben llenar de paciencia para darle espacio al animal a que pueda tener su tiempo de aclimatación y de confianza con los que habitan a su alrededor".
Si algo no es como uno pretende, no se puede castigar como primera opción: "Si los integrantes de la familia comienzan a sancionar al gato por su forma de actuar, algo que para el animal es natural, sólo generará que comience a asociar a su dueño con algo malo, lo que generará que aumenten los niveles de estrés y de distanciamiento para evitar interacción alguna. Es por esto que en afán de buscar el efecto contrario de acercamiento, sólo se enfriará la relación. Si lo que se busca es robustecer el vínculo con tus mascotas, es aconsejable dejar los castigos de lado para evitar malos entendidos". Luego, agrega: "La comprensión tiene que ser una parte fundamental del día a día ya que si bien es posible que la mascota no siempre reaccione como uno espera, eso no puede obligar a que uno se moleste. Hay que profundizar el entendimiento de ambas partes y darle espacio al michifuz para que se sienta cómodo y seguro como su forma de ser".