Cuando comienza la época en que las lluvias con truenos son frecuentes, algunos perros comienzan a manifestar su temor a los ruidos que provocan las tormentas y con frecuencia buscan el consuelo de la familia. Pero a veces entran en un estado de pánico tal que resulta imposible calmarlos. Y nunca se sabe si las medidas que se toman van a tranquilizarlos o terminarán por agravar su ansiedad.

Entre los posibles remedios que aconsejan los especialistas para las mascotas cuando llega la época de truenos, se podría suministrarle algún calmante para tranquilizarlo, con la indicación del veterinario, o bien poner en práctica técnicas para hacer que el animal le pierda el temor a los truenos y entrenarlo para que busque un refugio donde se siente a salvo en medio de una tormenta. Este último sería el mejor método, ya que le permite al animal manejarse con libertad y confianza. También existen una serie de accesorios que pueden ayudar, como orejeras y capas.

No se sabe cuál es el origen del miedo a los truenos y no hay un tratamiento garantizado, según veterinarios especializados con relación al comportamiento de los perros lo que puede ayudar a uno puede no tener efecto en otro. También hay que considerar que un método que fue efectivo durante una tormenta puede no serlo en otra.

Algunas razas tienen fama de sufrir mucho con los truenos, sin embargo ese temor no se limita a una raza en especial, ni a su edad, ni el sexo de un perro, aseguran los especialistas.

Para tratar de determinar qué es lo que genera la "truenofobia" de los perros, se realizaron algunas investigaciones al respecto. Entre las teorías que predominan, se detectó que algunos perros están predispuestos genéticamente mientras que otros le toman miedo a las tormentas luego de sufrir una mala experiencia o ver una persona o animal que se pone ansioso durante un temporal. Otros pueden sufrir de ansiedad en otras situaciones, como por ejemplo si se quedan solos; muchos perros le toman miedo a otros elementos de una tormenta, como la lluvia y el viento; hay quienes son sensibles a los ruidos repentinos; algunos le temen a los truenos pero no a otros sonidos.

El miedo a los truenos generalmente se manifiesta después de los cuatro o cinco años, afirman los especialistas en veterinaria de la Western University of Health Sciences de Pomona, California, basados en un estudio de investigación. La intensidad del miedo puede variar. Algunos se muestran moderadamente ansiosos. Otros tiemblan y jadean, llegando a un estado casi catatónico. En los casos más severos, el perro puede lastimarse al atravesar ventanales o corriendo hacia la calle en medio de una tormenta. Porque sienten un ruido que se les viene por todos lados, y al parecer resulta una experiencia aterradora para animales sensibles.

Se puede tratar de insensibilizar al animal haciendo sonar un CD o una cinta con sonidos de una tormenta durante un minuto y apagando el aparato cuando el perro se altera. Se espera que el animal se calme, y se hace sonar nuevamente la música por un breve lapso. Se repite la operación unas cinco veces, con intervalos de unos diez minutos, durante cuatro o cinco días. Se deja pasar unas dos semanas y se hace una sesión similar.

Según la investigación, es probable que el ruido sea tan solo una de las cosas que molestan al perro, y que también coexisten elementos como la estática y los cambios en la presión atmosférica que también podrían incidir.

Esto explicaría por qué los perros presienten las tormentas antes que los humanos, por qué algunos animales sienten miedo si están en la casa pero no en un auto, y por qué buscan refugio en la bañadera o la ducha. Actúan como un barómetro y se cree que puede ser por la presión atmosférica o la estática, debido a que los perros reciben descargas de la estática y buscan sitios donde eso no suceda.

Para ayudar al perro es conveniente buscar un lugar donde pueda sentirse seguro, y entrenarlo para que vaya allí durante una tormenta. Podría ser un lugar en el sótano, con las cortinas bajas y la luz prendida, para que resulte más difícil ver los relámpagos. En ese lugar debe haber una cucha con colchoneta confortable o bien se puede utilizar un armario sin puertas y un recipiente con agua para que tome si tiene sed luego de tranquilizarse. Quedarse un rato con el perro y darle algo de comer ayudará a tranquilizarlo, y lo ayudará a sentir que se trata de un lugar agradable. También se lo puede cubrir con una manta o con una toalla.

      Embed