Alberto Zacarías, 58 años, es hijo del Gran Santos Zacarías y DT de boxeo desde hace 35 años. Su padre fue el hacedor nada menos que de Sergio Víctor Palma y Juan Martín “Látigo” Coggi, ambos desde el inicio, hazaña jamás lograda por maestro alguno en la historia pugilística de nuestro país.
Pero Alberto tiene otra pasión: el fútbol. Fue entrenador de San Telmo y Talleres de Remedios de Escalada, entre otros clubes. Fue, además, jugador en las divisiones del Ascenso, donde llegó a la 1ª. Pero entre todo su currículum deportivo, ya sea como DT o futbolista, tiene una particularidad: es el tío del Pipita Gonzalo Higuaín.
Su hermana Nancy se casó con Pipa padre, Jorge Higuaín. Ella tiene 60 años y es la mayor de los tres: el último es Claudio, también ex futbolista y recordado por el accidente que sufrió jugando para San Lorenzo en el vestuario de Instituto de Córdoba, el 8 de mayo de 1988. El parentesco y la fusión de ambos deportes están presentes por donde se lo mire.
En la previa del debut de la Selección Argentina en Rusia 2018, Alberto Zacarías recibió a POPULAR para hablar de las dos disciplinas, los recuerdos familiares y el Mundial que podría ser el último de su sobrino.
—¿Quién tiene que ser el 9 de la Selección, Alberto? Hacé de cuenta que vos fueras el DT…
—Mirá. Yo digo que el fútbol se juega por abajo y por arriba. Y que es ataque y defensa. Si soy DT, busco gente alta. Mi 9 es según el partido, depende de cómo sea la defensa contraria.
—Te repito la pregunta: ¿quién tiene que ser el 9 de la Selección?
—Gonzalo. Si soy el DT y tengo que decidirme por uno, mi 9 es Gonzalo. Gonzalo es un crack. Y te digo más: los pondría a los dos, al Kun y a Gonzalo.
—¿Qué opinás cuando oís que se lo discute, o que ponen esos memes en las redes sociales?
—Mi viejo una vez me dijo una cosa que no me olvidé nunca más: “hay gente que habla mal de Dios. Hay gente que habla mal de San Martín. Y hay gente que habla mal de Gardel. Imaginate que van a hablar mal de vos”. ¡Juro! Juro que desde día, el que habla mal de mí, me entra por un oído y me sale por el otro. No me queda ni agradecimiento, ni resentimiento, Gustavito. Vos escribiste las notas más justas y las más injustas sobre mí. Las más lindas y las más duras. Y es tu trabajo. Eso me lo enseñó mi viejo.
—¿Y con lo de Gonzalo actuás de la misma forma?
—Y claro.
—¿Y él qué piensa, qué siente? ¿Y tu hermana (la madre)? ¿Qué pensás que siente?
—Yo creo que al pibe le pasa lo mismo. Y a la madre también, al menos nunca dijo nada. Le debe pasar lo mismo que a mí (NdeR: Nancy lucha desde hace tiempo contra una enfermedad). Y al Pipa padre, también. Es que Gonzalo es un hombre público, son las leyes del juego. Pero fíjate que nunca salen declaraciones de él contestándole a la gente. Y las redes sociales yo considero que están ocupadas por muchos cobardes, por eso no las uso.
—Es cierto.
—Ojo. Quizás en algún momento del día a él le debe haber causado alguna amargura o dolor, pero son pibes fuertes. Vienen de sangre de Zacarías por un lado, y de Higuaín por el otro. ¿Sabés lo que era El Pipa Higuaín? Capitán en todos los clubes en que jugó: Boca, River, Chicago, San Lorenzo, Gimnasia y hasta en Francia… No sé, debe ser uno de los pocos casos en la historia argentina de un jugador que haya sido capitán en todos los equipos que jugó. Esa mezcla de sangre algo tiene que ver. Los pibes son fuertes de mente. Ganadores.
—¿Se conversó ese tema alguna vez entre ustedes?
—No, nunca. Primero porque nos vemos poco. Vivimos lejos. Para Navidad, Año Nuevo, esas Fiestas. Pero está acá tres días y no podemos andar hablando de eso. Hay temas que no se tocan. Ahora, decime una cosa: ¿vos te creés que de Messi hablan todos bien? ¿Y a vos te parece que Messi merece que alguien diga algo? De Messi nadie puede decir nada y sin embargo lo dicen. Yo hay cosas que del fútbol no puedo creer. Y otra cosa: al Kun también se lo discute.
—También es cierto. Pero digo, en las finales, cuando se erró esos goles, vos, además de como tío y como hombre de fútbol, ¿qué pensaste?
—Los goles en las finales se los erró, yo jamás voy a negar eso. Y que se erró goles que no se tenía que haber errado, tampoco lo niego. Y hasta lo habré puteado yo también. No puteado, pero maldecido, como cualquiera. ¿Pero sabés qué pasa, Gustavito? Yo no puedo hablar con gente que no sabe nada de fútbol.
—¿Por qué lo decís?
—Porque hay gente que se anota en un campeonato de truco en un club de barrio y pierde en el primer partido. No llega ni a la final. Es muy difícil llegar a la final. A la final llegan los dos mejores siempre, y sólo uno gana. Y ese que gana no es cualquiera. No es fácil ser campeón de algo. Y ser campeón mundial, menos que menos, sea de lo que sea. Tenés que tener algo especial. Pero acá, si no sos campeón se te critica, porque los argentinos somos así.
—El problema es que esto justo fue en tres finales…
—Y sí, claro… Está bien, pero la gente también habla por hablar. Que no hizo goles importantes es mentira, porque en el partido contra Perú, el día del famoso gol de Palermo, el primer gol lo hizo él, y eso que era el día en que debutaba. Sin ese gol, no se empataba el partido, y por ende, no se ganaba luego. Obviamente que el más importante fue el de Palermo, pero él hizo goles importantes. Tiene 5 en Mundiales, igual que Messi. Y él, junto con Bati y creo que Guillermo Stábile, son los únicos argentinos que hicieron 3 goles en un partido en la historia de los Mundiales para la Selección.
—Mirá vos…
—Ahora, te digo algo: si el Pipa hubiese hecho esos 3 goles en las tres finales, hoy no existiría Maradona, ni Messi. Y a mí me dolería mucho que no existiera Maradona, que además fue quien lo hizo debutar a Gonzalo en la Selección. Si hace esos 3 goles, no existe ninguno más.
—….
—Pero como te digo una cosa te digo la otra: yo considero que el penal que tiró a la tribuna, a un jugador de ese nivel no le tiene que pasar. Imposible. O la ataja el arquero, o pega en el palo. Ahora, después de eso, al campeonato siguiente también le pasó a Messi… ¿Sabés qué pasa? Son seres humanos.
—¿Cómo y cuándo fuiste descubriendo que Gonzalo era crack?
—De chico lo habré visto dos o tres veces, porque cuando ellos jugaban también jugaba yo. Hasta el ’94. Jugué hasta los 34 años ininterrumpidamente. En Lanús, Barracas Central –ahí ascendí a la B-, Sportivo Barracas, Victoriano Arenas, Cañuelas, Comunicaciones, Tristán Suárez, 6 meses en Chile…
—Pero cuando lo viste, ¿qué pensaste?
—Las veces que los vi jugar, increíble. Nunca vi a un pibe de tan chiquito hacer los goles que hacía Gonzalo. Fue el goleador histórico de todas las divisiones del club Palermo –donde él jugaba- que era como ese club Parque de donde salieron todos los cracks. Jugaba en esos famosos campeonatos de Papi fútbol. Los partidos terminaban 7 a 6: ganaban, 6 goles de Gonzalo. Perdían 5-4, los 4 de Gonzalo. Impresionante. Goleador histórico siempre.
—¿Pero imaginabas que iba a llegar adonde llegó?
—Y, se vislumbraba, sí. Se veía venir que iban camino a eso, pero después te tiene que gustar entrenar, hacer sacrificio, acostarte temprano todos los días. Por condiciones naturales, sí; pensé que llegaban. Pero jugar 3 mundiales, no. Haber jugado en Europa, sí. Y Federico también era bueno, más jugador, pero menos profesional. Y Nicolás, el mayor, también jugó.
—A ese no se lo conoce.
—Jugó en San Telmo, en Atlanta. Era defensor como el padre. Fuerte. Muy fuerte. Cabeceaba muy bien, como el Pipa. Nosotros lo dirigimos en San Telmo. Cuando llegamos, él estaba en el plantel. Ahora es el representante de ellos dos, de Gonzalo y de Federico. Y me dice: “el Gonza va a ser el goleador del campeonato, tío”. Yo soy su padrino. Y después está Lautaro, el más chico, que es baterista. Músico. Son 4 hermanos varones.
—¿Pero por qué Gonzalo llegó a tanto y los demás no?
—Porque Gonzalo, además de ser un crack, es una señorita. Nunca falta a un entrenamiento, no se acuesta tarde, se cuida, por más que a veces le digan que está gordo. A veces tendrá 15 días de vacaciones y hará algún desarreglo como hacemos todos.
—Pero no debe ser la única receta. Algo más tiene que haber, como vos decís.
—Mirá; hay gente que canta bien en un asado familiar y después los ponés ante 200 personas y no cantan tan bien. Es como con los boxeadores. Vos los ves en el gimnasio y algunos son crack. Pero hay que ver arriba del ring. No te dejes engañar con lo que pasa en el gimnasio. Ya me ha pasado. Tipos a los que no les daba mucha bola, eran leones arriba del ring, y tipos con los que yo me desvivía, después arriba del ring no eran leones.
—¿Jugaste alguna vez al fútbol con tus sobrinos, o incluso contra ellos?
—Algunas veces sí (risas). Cuando eran chicos, los cagábamos a patadas, y los tipos ni lloraban.
—¿Y quiénes ganaban?
—Y, nosotros, Gustavito… Jugábamos en la casa de ellos, que tenían casa grande, con pileta y todo. Jugábamos mi hermano Claudio, el Pipa y yo; nosotros tres grandes, contra 7 u 8 de ellos, que eran casi todos de la misma edad, junto con mi primer hijo, Patricio, que ahora tiene 33 años y es mi ayudante. Tercera generación de Zacarías como DT en el boxeo. Eso sí creo debe ser un récord. (NdeR: tuvo 5 hijos, tres del primer matrimonio y mellizos del segundo, pero la nena a los 3 días falleció).
—¿O sea, 3 contra 8?
—Sí, pero cuando veíamos que nos empataban los tirábamos al agua y les hacíamos los goles… (risas). Las madres venían y nos decían “¡déjenlos ganar alguna vez, que siempre ganan ustedes!”. Y alguna vez los dejamos ganar, pero una sola…
—¿Y alguna anécdota jugando juntos?
—Sí, pero hasta los 12 años, más o menos. Mirá, yo vivo en Valentín Alsina. Para ir a la cancha de Victoriano Arenas, que está como en una isla, bordeada del Riachuelo, hay que ir por una vía abandonada más o menos 2 km. Un domingo a la mañana vinieron ellos. Les dije: “vengan con el tío que vamos a hacer una aventura (hoy en día, aún se lo acuerdan)”. Tendrían 8 años Gonzalo, el otro 11, y el otro 13. Pato tendría también 11.
Íbamos caminando, pasamos por una canchita de tierra, tipo potrero, con arcos de palo, ramas, con casas muy humildes, y unos pibes que estaban jugando nos llaman: “¡Eh…! ¿Quieren venir a jugar? Yo decía que no, pero uno de ellos quiso ir. Dale, tío… Y me podía negar cuando vi que ellos querían. Eran pibes de 12 o 13 años, y uno grande de mi edad. El más chiquito era Gonzalo, me parece. Jugamos. Nos daban cada patada… ¿Pero sabés los nuestros las patadas que les daban también a ellos? Les ganamos como 7 a 0. Nos cagaron a patadas de entrada, al punto que yo me quería ir porque dije: “acá nos matan”. Pero los míos se la bancaron y después hacían lo que querían. Ahí pensé “estos pibes son bravos en serio”. Después le conté al padre y me dijo sonriendo: “no, no se cagan estos pibes”. Y mi hermana me quería matar.
—¿Llevó a todos bien Sampaoli? ¿Estás conforme con la convocatoria, o te parece que falta alguno?
—Sí, todo perfecto. Lo único que me faltó fue el arquero, lástima que se lastimó. A mí me gustaba Chiquito Romero. Ojo, hablo desde otro deporte. Y desde dirigir el ascenso, que es otro nivel, una distancia abismal.
—¿Y cómo pensás que le va a ir a Argentina?
—Argentina es candidato. No sé si sale campeón, pero es candidato. Argentina, Brasil y Alemania. Como es históricamente. Se jugaron 20 Mundiales y 17 los ganaron entre 5 equipos. Mirá; juegan la semana que viene el Mundial de rugby. ¿Quiénes son los candidatos? Australia, Nueva Zelandia, y Sudáfrica. Esto es lo mismo. Argentina salió subcampeón en el último Mundial de Brasil. Jugó la final con Alemania, loco… ¡Mirá si no va a ser candidato…! Que los jugadores digan que no para sacarse presión, es otra cosa.
—Bueno, candidato es una cosa, campeón es otra.
—El otro día me puse a mirar el fixture. Y de los 32 equipos hay entre 20 y 25 equipos que sabés que no van a salir campeón seguro. Ni Panamá, ni Arabia Saudita, ni Egipto, ni Australia, ni Islandia, ¿Querés que te los nombre?
—No, dejá, estamos de acuerdo.
—Hay 5 ó 6 que pueden salir: Inglaterra, Francia, Bélgica, Uruguay, Colombia… Pueden salir. Y entre los 3 o 4 restantes están los candidatos, que son Alemania, Argentina y Brasil. Alemania ganó pocos partidos antes del Mundial. ¿Y no es candidato Alemania? Si Argentina no es candidato, con el mejor jugador del mundo, ¿entonces quién? Dejémonos de joder. Con el mejor jugador del mundo no vas a ser candidato… Ah, y Rusia puede ser el otro, por ser local.