Pero empecemos por el principio, es decir, con los encargados de abrir la velada:
Lovorne. El trío liderado por el hijo de Pappo,
Luciano Napolitano, encendió la mecha con una incendiaria versión (valga la redundancia) de
"Fiesta Cervezal", el primero de una gran seguidilla de clásicos del primer proyecto artístico del tributado en cuestión:
Pappo's Blues. Entre las varias interpretaciones de los liderados por un visiblemente feliz
Luciano, se destacaron
"El Viejo",
"Sandwiches de Miga" (acompañada por un arpa tocada por una talentosa y joven música),
"Insoluble" (con
Beto Ceriotti como invitado),
"Buscando un Amor" (con
Luis Robinson como nuevo invitado) y el esperable pero gran cierre con
"Sucio y Desprolijo". Anécdotas de su "viejo", sentimiento y blues-rock furioso un buen show de Lovorne, a la altura de las circunstancias.
Minutos después de la presentación de Napolitano hijo y compañía llegó el turno de uno de los momentos más esperados por los fanáticos del Carpo más setentista:
Alejandro Medina y su homenaje a
Aeroblus. El también legendario bajista y cantante de
Manal estuvo al frente de un muy buen trío que reversionó los verdaderos clásicos de culto que el mismo grabara junto a Pappo y
Rolando Castello Junior en 1977, con
"Vamos a Buscar la Luz", "Tema Solísimo" y "Vine Cruzando el Mar" como los más destacados. Lamentablemente, algunos problemas de sonido que fastidiaron a Medina durante el instrumental
"Árboles Difusores" cortaron un poco el gran clima generado, aunque no lograron opacar lo que terminó siendo un buen show.
Foto: @soriapauloEl telón se cerró y, cuando volvió a abrirse instantes después, llegó el que sin dudas fue el plato fuerte de la noche:
Viticus y su GRAN homenaje a
Riff. Todavía conmocionado por la pérdida de su hogar y casi todas sus pertenencias, pero emocionado por la gran concurrencia que (se notaba) había asistido más que nada para escuchar los temas de la banda más pesada y popular que supo comandar el Carpo,
Vitico dio todo de sí en un show memorable. Ajustadísimos en todas sus líneas, y sacándole varias cabezas de ventaja al resto de las agrupaciones que participaron de la velada en cuanto a sonido, Viticus la descosió e hizo poguear, vibrar y cantar a los gritos a todos los presentes. La lista de temas fue corta (por cuestiones de tiempo y organización del evento) pero contundente:
"Ruedas de Metal", "No Obstante Lo Cual", "No Detenga su Motor", "Que Sea Rock", "Mucho Por Hacer", "Sube a mi Voiture", "El Forastero" y "Susy Cadillac". Y alcanzó para que el gran
Víctor Bereciartúa vuelva a sonreír.
"Hoy, en el cumpleaños número 66 de Pappo, volví a nacer", dijo Vitico. Y vaya que lo demostró.
Y, finalmente, pasó lo que nunca debería haber pasado: que otra banda saliera a tocar después de semejante recital de Viticus. Debido a que el propio Vitico pidió no cerrar la noche,
Ruta 66, la banda comandada por
Alambre González e integrada por varios de los músicos que formaron parte del último grupo que tocó con Pappo, tuvo la dificilísima tarea de suceder a la explosión rockera que se había vivido segundos atrás. Con una pericia instrumental fuera de discusión, y a cargo del repertorio de clásicos más accesibles del ícono, hicieron sonar temas de distintas épocas como
"Desconfío", "Blues Local", "Longchamps Boogie" y "Llegará La Paz". Bordeando las 12 de la noche, se despacharon con una disfrutable versión de
"Rock and Roll y Fiebre", uno de los últimos hits de Pappo, y cuando estaban listos para tocar al menos una canción más, el telón se cerró definitivamente y las luces se encendieron, indicándonos que era hora de irnos. El público se quedó varios minutos, soñando quizás una versión de
"Ruta 66" (esperada por todos tanto por el nombre del grupo como por el hecho de que se trataba del aniversario número 66 del Carpo), pidiendo un bis que ya no iba a venir. Pero, sobre todo, sonriendo por haber disfrutado de un muy buen espectáculo. Y todavía coreando "Mucho por Hacer".