“Santísima Madre de Dios y madre nuestra, desde vuestro Santuario de Caacupé cubrid con vuestro manto protector a vuestros devotos y a todo el Paraguay. Interceded por nuestros padres y bienhechores, por los desvalidos y todos los necesitados de perdón y misericordia. Proteged a nuestra Santa Madre la Iglesia y alcanzad luz a los magistrados para que hagan justicia y haya paz entre los hombres. Después de la gracia particular que os pedimos, alcanzadnos también la gracia mayor de preservar en nuestra fe y en vuestro amor, para así merecer la realización de la promesa que Nuestro Señor Jesucristo nos hiciera cuando dijo: “El que persevere hasta el fin se salvará.” A vos pues, Madre querida, clamamos para que nos obtengáis tan singular favor.
Amén.”