Estudiantes y docentes elaboraron en tan sólo dos días 240 litros del producto para ayudar a los vecinos tras las inundaciones. "Fue el primer producto que produjeron los chicos", resaltaron.
Los ingredientes parecen extraños, pero la receta es simple y el resultado, efectivo y solidario. Un poco de aceite de pino, detergente al 15 %, opacante, ortodiclorobenceno y alcanfor fueron necesarios para que los alumnos de una escuela técnica de la Ciudad fabricaran líquido sanitizante para enviarlo a Bahía Blanca, después de la trágica inundación que sufrió la ciudad del sur bonaerense.
Los protagonistas de esta historia son los estudiantes y docentes de la Escuela Técnica «Hipólito Yrigoyen" del barrio porteño de Villa Real. Conmovidos y motivados por las imágenes del agua que desbordó los canales de contención y arrasó viviendas y comercios, en tan sólo dos días elaboraron 240 litros de desinfectante, los cuales ya fueron donados a la comunidad bahiense.
"El sanitizante para pisos es un producto habitual en la línea de producción de la escuela y este fue el primer producto que produjeron los chicos, ya que estábamos comenzando las clases", cuenta Carlos Villate, referente técnico de Prácticas Profesionalizantes e impulsor de la acción solidaria que reunió a toda una comunidad educativa. "Fue una de sus primeras producciones en la planta productiva y con un fin solidario", añade el profesor.
Luego de la elaboración del producto, llegó el momento del envasado. Fue en ese proceso que surgió la idea de que cada bidón llevase una nota con un mensaje de aliento y motivador hacia aquella persona que lo recibiera. Así fue como los alumnos de 1° y 2° año se encargaron de armar las notas que luego se pegaron a mano en cada bidón. "Esto que les pasó no durará para siempre", se leía en una de las etiquetas; "El sol ya está saliendo y ahí las cosas cambian", profesaba otra; y "Siempre los vamos a apoyar", decían algunos de los mensajes que provocaron la emoción de los docentes.
"Cuando leíamos las cartas nos encontramos con que los chicos le escribieron a sus pares, a gente de su edad", relata Carlos Villate.