Una gran emoción se vivió este lunes 8 de mayo en la Escuela Infantil N° 14 del Distrito Escolar N° 5 cuando los primeros alumnos que recibe el edificio, recuperado por vecinos y organizaciones sociales tras varios años de lucha, iniciaron su ciclo lectivo.
En el inmueble, ubicado en la calle Manuel García 370 y al que los vecinos denominaron “Carlos Fuentealba”, funciona ahora una escuela de nivel inicial de jornada completa con dos salas para 3 años y otras dos para 4, que permitirá la incorporación al sistema educativo de cien niños que se encontraban sin vacantes
El 29 de noviembre del año pasado el Gobierno de la Ciudad, a través del decreto 601/2016, creó la escuela; y entre el 20 y el 24 de abril último se concursaron los cargos directivos y docentes. Mientras tanto, se convocaba a los padres de niñas y niños que estaban en la lista de espera de vacantes del distrito.
Pero para los vecinos y organizaciones sociales de la zona, la historia se remonta al 2014.
“Fueron tres años y tres meses. Hoy, la emoción era un poco porque tenemos la convicción de que se tienen que construir más escuelas para poder garantizar las vacantes para todos; y otro poco porque no podíamos creer que se estuvieran abriendo las puertas”, le contó a El Porteño del Sur Estefanía Barone, docente de primaria, que desde el 2014 participa en la recuperación del edificio como parte de la agrupación “Simón Rodríguez”.
“Fue lindo, emotivo, y aprovechamos para invitar a todos los presentes a un festejo que se va a hacer el sábado 13 de mayo a las 12 en la puerta de la escuela”, comenta Barone, y agrega que “Estamos todos muy contentos pero por sobre todo las familias cuyos hijos comenzaron hoy las clases. Hay chicos que están hace un año y medio sin vacantes y otros que terminaron en diciembre el jardín maternal y que tenían que pasar a sala de 3, pero como esas instituciones no tienen, no podían continuar su escolarización”.
En 2014, vecinos, militantes de organizaciones sociales y sindicales y docentes del barrio de Parque Patricios advirtieron que muchas niñas y niños de nivel inicial no conseguían vacantes. “Vemos y sentimos lo que denunciamos: que hay un política de abandono y de vaciamiento de la educación pública, sobre todo en los barrios del sur de la ciudad, en los que se nota el poco interés”
Tras decidirlo en una asamblea, vecinos, docentes y militantes de organizaciones sociales y sindicales (de Ademys y UTE, por ejemplo) ocuparon al edificio el 26 de febrero de 2014 con el objeto de convertirlo en una escuela.
Una semana después, y tras la toma de otro edificio de las cercanías con el mismo objetivo, se a cercó un funcionario del Gobierno de la Ciudad con una propuesta más interesante. “Fuimos a la legislatura a presentar un proyecto de expropiación, y el 3 de abril de 2014 se votó por unanimidad la expropiación del edificio de Manuel García 370”, recordó Barone. Esto ocurrió gracias a que la última propietaria del inmueble, que antes había sido una escuela de recuperación y también una sociedad de fomento, quiso cederlo para que el gobierno le dé esa función.
Como aprobación de la ley de expropiación (Ley N° 4.914/2014) tuvo lugar un día antes del séptimo aniversario de la muerte del docente Carlos Fuentealba , asesinado durante una protesta gremial en Neuquén en 2007, una vecina propuso su nombre para la escuela.
La obras comenzaron finalmente en noviembre de 2014, pero a mediados del año siguiente, la empresa contratista abandonó la obra y fue el turno de que regresar a la lucha. “Los docentes y la comunidad educativa volvimos a reunirnos en asambleas y así contactamos al nuevo subsecretario de Gestión Financiera, Alberto Gowlan, que se comprometió a obligar a la empresa a que cumpla con la última etapa de la obra. Los trabajos se reiniciaron recién en mayo de 2016 y terminaron a mediados de abril de este año”, explicó la docente, que contó también que durante todo este tiempo en el edificio se realizaron numerosas actividades como bachilleratos populares, murgas, festivales, jornadas de trabajo e incluso de profesorados para dar clases públicas.
Si bien el plan era que la escuela contara con 200 vacantes, finalmente las autoridades educativas optaron por convertirlo en un jardín integral, que al ser de jornada completa sólo permite la mitad de inscritos. “Por ahora hay dos salas de tres y dos de cuatro años. La directora del área del Nivel Inicial nos explicó que prefirieron ubicar a tres chicos de cinco años que no tenían vacantes en diferentes escuelas y abrir otra sala de tres, y esto es debido que los chicos de menor edad son siempre los que se quedan sin vacantes”, agrega Estefanía Barone.
Finalmente, quedará para más adelante saber si el establecimiento educativo llevará o no el nombre de Fuentealba. “Hay una normativa que dice que para ponerle el nombre a los edificios escolares tiene que participar la comunidad educativa y tiene que haber opciones. Se hará una votación y se elegirá el nombre definitivo. Pero el proceso es largo, así que no va a salir en estos meses pero sí en un tiempo”, agregó la docente.
Por lo pronto, a estos luchadores les queda festejar esta victoria y preparase para la inauguración de un nuevo espacio recuperado para la educación. “Logramos recuperar otro espacio en Barracas, en Venezuela al 3200, a una cuadra del Hospital Ramos Mejía , que ahora está en obra y que esperamos que esté listo para el año próximo. Esperamos poder abrir una escuela infantil con espacio para 400 chicos. Ese edificio no hizo falta expropiarlo ya que el GCBA lo tenía como un galpón abandonado hacía algunos años y logramos que se licite la obra, que se adjudique y por eso desde febrero hay gente trabajando en el lugar. Pasamos cada quince días para supervisar los avances y creemos que el año que viene va a estar lista”, cuenta con orgullo Barone.