Un médico forense contratado por la familia de Solange Grabenheimer complicó la situación de la imputada Lucila Frend al sostener que ésta se hallaba en el lugar del hecho cuando ocurrió el asesinato de su amiga.
El médico forense contratado por la familia de Solange Grabenheimer complicó la situación de Lucila Frend, al asegurar que a la joven la asesinaron cuando la acusada se hallaba en la escena del crimen, pero también mencionó que este homicidio pudo haberse cometido durante un ataque sexual.
Se trata de Luis Kvitko, jefe de cátedra de Medicina Legal en la UBA, quien fue el primer testigo en declarar ayer ante el Tribunal Oral Criminal N° 2 de San Isidro en el juicio en que Frend está acusada como autora del “homicidio calificado”. Si bien, junto al criminólogo Raúl Torre, se presentó como perito de parte de la querella de los padres de Grabenheimer, ahora no sólo complicó a la acusada con la data de muerte, sino también la benefició cuando admitió que el caso podría ser un crimen sexual.
“No hay ninguna duda de que este cadáver tenía veinticuatro horas de muerto”, dijo el forense de la querella, lo que indica que el horario del asesinato fue a la 1 del 10 de enero de 2007, cuando “Luli” Frend estaba en la vivienda que compartía con la víctima, en la localidad de Florida.
El experto basó su estimación en la rigidez, las livideces -manchas por acumulación de sangre- y la temperatura cadavérica, datos anotados en este caso por Eugenio Aranda, el forense de la Policía Científica bonaerense, que la noche del hallazgo se presentó a levantar el cadáver de “Sol” Grabenheimer.
“La rigidez cadavérica se da a las veinticuatro horas y las livideces cadavéricas estaban fijadas”, señaló Kvitko y también dijo que el médico policial Aranda, anotó que el cadáver estaba frío, lo que indica al menos “dieciocho horas” antes de la revisión.
No obstante, algo que parecía a priori un testimonio sólido para la hipótesis del fiscal Alejandro Guevara y de la querella a cargo del abogado Roberto Damboriana, con Frend” como asesina, tuvo una fisura cuando el legista aseguró que el crimen pudo tener una connotación sexual y mencionó que en este caso advirtió una pequeña lesión anal.
“Prima facie, uno pensaría que esto podría ser un homicidio con connotaciones pasionales o sexuales”, dijo el perito cuando los jueces le pidieron su impresión, sin embargo, aclaró que “estoy hablando en potencial”, ya que entre otras cosas afirmó que en este caso no se conoce el móvil del crimen.
Cuando el presidente del Tribunal, Oscar Zapata, le preguntó si en este caso hubo un ataque sexual, Kvitko recordó que en una foto de la autopsia advirtió una lesión en el ano, que podría ser compatible con “una penetración no consentida”.
Cabe recordar que, al declarar en la primera jornada como imputada, Frend dijo que el asesino pudo haber entrado por una puerta que siempre estaba abierta del balcón de la habitación y que un obrero de la obra de al lado le mandaba mensajes a su amiga para internar conquistarla. En tal sentido, el perito expresó que no descarta la participación de más de un asesino y que la víctima no llegó a defenderse porque primero la asfixiaron tapándole con una mano la boca y la nariz, y finalmente la apuñalaron en el cuello.
Al momento de explicar la probable secuencia del crimen, Kvitko afirmó que Solange debía estar durmiendo en su cama boca arriba cuando el asesino se le montó sobre el pecho. En base a las lesiones que tenía en la nariz, la punta de la lengua y el labio inferior, aseguró que a la víctima le obturaron y ejercieron presión en la boca con una mano.