Alertan que "motochorros" cometen 200 robos por día

Según pudo averiguar DIARIO POPULAR, en las fiscalías del Area Metropolitana de Buenos Aires se vienen recibiendo en lo que va del presente mes de junio unas 150 denuncias diarias por robos cometidos por motochorros, y se estima en alrededor de otros 50 hechos que se registran pero no son denunciados por las víctimas (la denominada "cifra negra").

El caso descripto al comienzo ocurrió en el barrio quilmeño La Vera, cuando delincuentes llevaron a cabo los asaltos en un tramo de 80 metros y toda la secuencia fue captada por las cámaras de seguridad. La calle en cuestión es Sarratea entre Joaquín V. González y Estanislao del Campo y sucedió a las 8 de la mañana. En las filmaciones, se observa a dos sujetos a bordo de una moto color blanca cuando se acercaron a su primera víctima, un ciclista de unos 30 años que circulaba por el asfalto. Al ponerse a la par, el ladrón que estaba sentado atrás se bajó corriendo, sacó un revólver, lo apuntó y le pidió lo que llevaba encima. Sin oponerse, el ciclista le entregó su celular y rápidamente se marcharon.

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Sin embargo, cuando estaban llegando a la esquina, divisaron a un hombre que fumaba en la vereda mientras esperaba para entrar a su trabajo. Inmediatamente, frenaron la marcha y se repitió la misma secuencia: el acompañante le puso el arma encima, lo despojó de sus cosas, se volvió a subir y se perdieron entre las calles de Quilmes Oeste.

Ninguna de las víctimas opuso resistencia y no hubo heridos ni grandes sobresaltos. De hecho, el que iba en la bicicleta siguió su marcha y asistió al otro afectado. Lo curioso de esto es que los malvivientes rompieron un récord de tiempo y de distancia entre un robo y el otro, sin siquiera levantar sospechas. Si bien el vídeo que los delata dura 30 segundos, lo cierto es que la acción delictiva ocurrió en un total de once, contando la posterior fuga.

La segunda víctima, que estaba parado en la esquina, entró a la oficina y alertó al 911. Dos móviles se hicieron presentes en el lugar de los hechos y les tomó testimonio. A raíz de ello, un patrullero hizo el rastrillaje por la zona, pero no hubo detenidos. Tampoco efectuaron la denuncia los muchachos, ya que sostuvieron que no podrían recuperar nada con ello. Lo cierto es que el barrio quedó completamente conmocionado con este doble ataque de motochorros y obliga a quienes pertenecen al vecindario a tomar mayores precauciones respecto a los hampones, que tienen vía libre para delinquir.