Tras el fallo de primera instancia que absolvió al policía Daniel Santiago Veyga, en el juicio en el que fue imputado por los homicidios del adolescente Jonathan “Kiki” Lezcano y el joven Ezequiel Blanco atribuido a una práctica de gatillo fácil, los familiares de las víctimas anticiparon que apelarán la sentencia, una vez que el Tribunal Oral Criminal Nro. 16 de a conocer los fundamentos del veredicto, que fuera cuestionado, ya que consideró que el acusado actuó en “legítima defensa”.
En conferencia de prensa, donde María Angélica Urquiza, madre de “Kiki” Lezcano estuvo acompañada por un grupo de legisladores (entre ellos Paula Penacca, Victoria Montenegro y Pablo Ferreyra) y dirigentes de organizaciones sociales, el abogado querellante Matías Busso sostuvo que la absolución “representa firmar un cheque en blanco para que los miembros de las fuerzas de seguridad siguen matando pibes, con la garantía de impunidad.Es un piedra libre al gatillo fácil”.
Además, luego de señalar el cúmulo de irregularidades en la instrucción del caso y las pruebas contundentes vertidas durante el juicio, el letrado sostuvo que los magistrados Inés Cantisani, María Cristina Bertola y Gustavo González Ferrari se pronunciaron “con una cuestión de clase, no se sienten empatizados con la víctima cuando es humilde; no entendían el dolor de una madre, no se veían en esa situación porque piensan que nunca les va a pasar eso”.
A pesar que la fiscal Ana Helena Díaz Cano había pedido nueve años de prisión para Veyga por considerar que los homicidios se dieron en el marco de un exceso en la legítima defensa y el abogado Busso solicitado la prisión perpetua, se dictó la polémica absolución, al margen de ordenar que se extraiga de la sentencia y se envíe a sorteo todo lo relacionado con el procedimiento policial aquel 8 de julio de 2009, cerca de las 15, en el pasaje El Zonda del barrio porteño de Parque Chacabuco, cuando el ex agente Veyga le disparó con su arma reglamentaria y mató a los dos jóvenes dentro de su auto, argumentando que pretendían robarle.
Los cuerpos de Lezcano y Blanco ingresaron a la Morgue Judicial ese mismo día, pero recién dos meses después, las familias de ambos los hallaron y fueron informados sobre la forma en que habían fallecido, ejecutados de disparos en la cabeza.
Desde allí se inició una larga lucha, en la que se logró que el policía afrontara el juicio, a pesar de una absolución exprés y el cierre de la causa que se había concretado, aunque la posterior aparición de un video, donde la filmación permite observar como un grupo de policías y el propio imputado se burlan de las víctimas cuando agonizaban, derivó en una reapertura del expediente.
En el debate, las declaraciones de los peritos complicaron la situación de Veyga, pero pese al alegato de la fiscal Díaz Cano pidiendo una pena menor, pero efectiva de nueve años de prisión y la postura del abogado Matías Busso solicitando que se condene a Veyga por “homicidio agravado”, se le dictó la cuestionada absolución, tal el pronunciamiento de la defensa, que se amparó en que procedió en “legítima defensa”.