Tras el retorno masivo de jóvenes a boliches y fiestas, trascendió que en las últimas semanas aumentó en un 200% los episodios de abusos y violaciones grupales, cometidos contra víctimas que resultan atacadas en contextos de extrema vulnerabilidad, con utilización de violencia, consumo de alcohol y estupefacientes. Al mismo tiempo, especialistas alertaron que tan solo el diez por ciento de estos hechos tienen algún tipo de condena.
El dato, dado a conocer por fuentes judiciales a DIARIO POPULAR, dejó en evidencia la ola de agresiones sexuales en grupo, en especial de las violaciones, muchas de ellas en discotecas y las fiestas clandestinas que, si bien se flexibilizaron las restricciones de la actividad nocturna, siguen existiendo.
Por este motivo, el licenciado en Seguridad Pública, Luis Vicat, aseguró que "la estadística viene acompañada de anécdotas de chicas que, por ejemplo, fueron al baño, donde alguien les convidaba un cigarrillo o un trago, y de golpe aparecían en el hospital drogadas y violadas".
"Esto ya venía pasando desde antes de la pandemia. Ahora, con la pandemia, todo lo que es la burundanga y la ingesta de tóxicos, además de la no presencia de reglas, empeoró el escenario", lamentó el especialista.
"Lamentablemente, menos del 10 por ciento de estos hechos tienen un final en la Justicia. Generalmente se van diluyendo si es que se judicializan. A veces los autores son detenidos y estos hechos se pierden en el tiempo y pocas veces resultan en una o varias condenas, a menos que los casos sean muy mediatizados", añadió,
Bajo esta línea, Vicat precisó que estas violaciones en grupo, al darse en el marco de fiestas, "muchas no se denuncian, por eso hay una estadística en negro importante".
Respecto al modus operandi de los agresores sexuales, el licenciado en Seguridad Pública explayó que, en primer lugar, la ‘manada’ se junta y "elige un blanco, una o dos víctimas, y el momento del ataque, cuando sacarán del lugar a su blanco o esperarán a que salga de algún lugar, y buscan otro sitio que sea propicio".
"Dicho esto, estas violaciones se dan porque hay drogas y alcohol, haciendo que desaparezcan los frenos inhibitorios de los violadores y crezca la vulnerabilidad de las víctimas", finalizó Vicat.