Los especialistas del Instituto de Medicina y Ciencias Forenses (IMCiF) de Chaco que analizaron los huesos hallados en el río Tragadero, en el marco de la búsqueda de Cecilia Strzyzowski, desaparecida desde el 2 de junio pasado en Resistencia, consideraron que son humanos y se corresponden a falanges de una mano y de un pie. Para los abogados de la querella, efectivamente pertenecen a la joven de 28 años.
De acuerdo al informe de los expertos del IMCiF que fue incorporado al expediente, los restos óseos hallados el último jueves tras un rastrillaje realizado en una de las márgenes del Rio Tragadero, lindero a la chanchería del matrimonio de Emerenciano Sena y su esposa Marcela Acuña (dos de los siete detenidos que tiene el caso), son humanos "por sus características anatómicas".
El primero de ellos, señaló el documento, mide 3,5 centímetros de largo y 0,7 de ancho y se corresponde a una falange de una mano; el segundo 3,5 centímetros de largo y 1,3 de ancho que pertenece a un dedo del pie; y el tercero de 2,5 centímetros de largo y 2,3 de ancho que "se correspondería a un hueso largo, con uno de sus extremos seccionado, en forma transversal, lo que lo hace estar representado en forma incompleta".
"No tenemos dudas que son restos óseos de Cecilia. Tienen el mismo aspecto en cuanto a la incineración de las pertenencias que fueron halladas en el mismo lugar, como el dije en forma de cruz", afirmó la querella, en referencia a los tres pequeños huesos seccionados que fueron hallados tras la indagatoria a la que fue sometido Gustavo Obregón, uno de los imputados en el expediente.
Para dar certeza sobre ese punto y avanzar luego en la identificación genética, este martes volverá a Resistencia el equipo de antropólogos forenses de Córdoba que trabajó en el análisis de los primeros huesos hallados, que resultaron no ser humanos.
La diligencia está prevista en la sede del Instituto de Medicina y Ciencias Forenses (IMCiF) de la capital chaqueña, situado en el kilómetro 1.008 de la ruta nacional 11, hasta donde se trasladarán la antropóloga Anahí Ginarte y la médica forense Florencia Granton, por pedido del Equipo Fiscal Especial (EFE) que integran los fiscales Jorge Cáceres Olivera, Nelia Velázquez y Jorge Gómez.
Las especialistas analizarán puntualmente los restos óseos hallados el 22 de junio pasado tras un rastrillaje realizado en una de las márgenes del Rio Tragadero, lindero a la chanchería del matrimonio de Emerenciano Sena y su esposa Marcela Acuña (dos de los siete detenidos que tiene el caso), que en principio son humanos por sus características anatómicas.
Según el informe del IMCiF, el primero de ellos mide 3,5 centímetros de largo y 0,7 de ancho y se corresponde a una falange de una mano; el segundo 3,5 centímetros de largo y 1,3 de ancho que pertenecen a un dedo del pie, y el tercero de 2,5 centímetros de largo y 2,3 de ancho que se correspondería a un hueso largo, con uno de sus extremos seccionado, en forma transversal, lo que lo hace estar representado en forma incompleta.
En el caso del primero, los forenses describieron que posee una carilla articular troclear como la que se observa en falanges de la mano y que por las características cromáticas se podría asumir que fueron sometidas a la acción del fuego.
Respecto del segundo hueso, correspondería a huesos de los dedos del pie, mientras que el tercero es un hueso del metatarso del pie por las características cromáticas que también hace suponer la acción del fuego, explica el informe.
Una vez que los especialistas confirmen que se trata de huesos humanos, la tarea estará orientada a analizar mediante cotejos de ADN si pertenecen a Cecilia, la joven de 28 años desaparecida el 2 de junio último y por cuyo presunto femicidio se encuentran acusados y detenidos su esposo, César Sena; los padres de éste y cuatro de sus colaboradores.
La indagatoria que ofreció Obregón la semana pasada resultó clave para los investigadores, porque fue el secretario y asistente de la familia Sena quien llevó en persona a los investigadores hasta el lugar en el que fueron hallados. Obregón contó que el 6 de junio, es decir cuatro días después de la desaparición de Cecilia, se deshicieron de los restos.
Por su presunto femicidio permanecen detenidos su esposo César Sena; los padres de éste, Emerenciano Sena y Acuña; el chofer y asistente del matrimonio, Obregón; su esposa, Fabiana González; el casero del campo de los principales sospechosos, Gustavo Melgarejo, y su pareja Griselda Pereira.
Este lunes, la imputada González pidió declarar ante los fiscales, por lo que fue trasladada desde la comisaría de la Mujer de Resistencia hacia la sede de la fiscalía bajo un fuerte operativo de seguridad. Allí estuvo durante cuatro horas.
En su declaración, la imputada admitió haber visto "un bulto envuelto en una manta marrón" en la casa de los Sena el 2 de junio, día que desapareció Cecilia, tras lo cual aseguró que salió corriendo.
González dijo que en ese momento entendió que lo que acababa de ver podía ser un cuerpo, aunque no aportó detalles de lo que luego hicieron con él, como hizo su marido, Gustavo Obregón, quien fue el que les indicó a los peritos dónde fueron descartadas dos bolsas con objetos y lo que serían restos óseos de Cecilia.
Los informantes dijeron que al ser preguntada si conversó al respecto con Obregón, González señaló que casi no se hablaba con él, que estaban peleados y que después de ver el bulto discutieron.
La imputada le comentó a los fiscales que teme por su seguridad y, tras la indagatoria, fue trasladada bajo un fuerte operativo del Servicio Penitenciario de Chaco hacia la alcaidía, donde continuará detenida.
En tanto, el abogado Fernando Burlando les envió un mensaje a los imputados, a quienes les pidió que declaren lo que saben. "Tienen la oportunidad a través de su declaración de venir a aclarar la situación, aclarar sobre todo para darle un alivio a la mamá, y decir qué es lo que le pasó a Cecilia", afirmó el letrado.