Un dramático episodio en Quilmes (una familia que vive un infierno cotidiano de amenazas y violencia) pone sobre el tapete esta problemática, que tiene estadísticas preocupantes.

Sllama Schana Lago, y es una joven madre que atraviesa un verdadero calvario desde mediados de año, cuando una pareja de vecinos, efectivos de la Policía Federal, comenzaron a agredirlos simplemente porque junto a su marido dejan su auto estacionado en la calle, ya que no tienen garaje en su casa de Bernal.

La escalada de violencia no se detiene, y la mujer pidió ayuda con desesperación a la ministra Patricia Bullrich.

“Nos van a matar en cualquier momento”, dijo la denunciante, en el marco de una problemática que registra 55 expedientes judiciales abiertos cada hora, al servicio de emergencias 911 o en fiscalías de la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano, por la denominada conflictividad vecinal.

En diálogo con Diario Popular, Lago aportó documentación sobre las denuncias realizadas a partir de gravísimas situaciones con sus vecinos, incluso videos.

“Te voy a matar”, le dijo el policía varón a su marido docente, el sábado último en horas de la tarde, en el último episodio de una larga serie de eventos iniciada el 23 de junio.

“Lo que necesitamos es que intervenga con urgencia la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, y también el ministro provincial Cristian Ritondo, porque los colegas los cubren. Tenemos una hija de 9 años, que tiene terror de entrar y salir de su propia casa. No se puede vivir así. La impunidad que tienen es total. Hacen y dicen lo que quieren, con el agravante de que son funcionarios de una fuerza policial nacional”, dijo la mujer.

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El caso, lamentablemente, no resulta aislado. Es que las peleas y conflictos vecinales, que en ocasiones llegan incluso al extremo del homicidio, totalizan unos 55 episodios de violencia cada hora, en ambas jurisdicciones. Las denuncias se llevan a cabo a través de llamados desesperados al 911 o bien en fiscalías de la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano.

Asimismo, los tribunales de Instrucción en lo Penal de la Capital Federal y la justicia de la Provincia de Buenos Aires se encargan de dar seguimiento a las investigaciones por peleas entre vecinos, palizas, ataques a la propiedad, amenazas y otros.

También forman parte de esta dura realidad causas por el hostigamiento, maltratos, intimidaciones, ruidos molestos, lesiones en riña o amenazas, coacción e incluso homicidios, convierten a la ‘conflictividad vecinal’ en un serio problema.

En el caso de la Ciudad de Buenos Aires, la mayoría de las denuncias que se atienden son por problemas ocasionados dentro de los edificios, con el consorcio, por filtraciones de humedad y ruidos molestos, aunque la variedad es casi infinita. Para tener una medida del problema, en territorio porteño hay un servicio de mediación que cada vez atiende mayor cantidad de situaciones.

En los últimos años la conflictividad vecinal no para de aumentar. En 2012, el servicio atendió 6.642 casos pero el año pasado subió a 10.632.

Como se dijo, muchos casos de conflictos entre vecinos terminaron en episodios muy violentos. Hace cuatro años, por ejemplo, un vecino mató a golpes a otro tras pelearse por la ubicación en la vereda de un contenedor para la basura, en Mataderos. Y en noviembre de 2014 ocurrió el caso del ‘loco del hacha’: una persona destrozó un auto que estaba mal estacionado en la puerta de su garaje.

En febrero pasado, una jubilada de 70 años cometió una tragedia en Remedios de Escalada, tras una discusión con una vecina, de 40 años. La adulta mayor abrió fuego y la asesinó de un disparo en el cuello. Tras asistir a María Soledad Spaccarotella -nombre de la mujer fallecida-, sus amigos intentaron linchar a la asesina, pero la policía dispersó el tumulto y trasladó a la anciana.

Dramático pedido e protección

“Necesitamos protección, porque estas personas están convencidas de que pueden amenazar, golpear o hacer lo que quieren. Por eso le pedimos ayuda a la ministra Patricia Bullrich, que maneja la Policía Federal, y al ministro Cristian Ritondo que coordine medidas para que la policía de Bernal nos cuide, en lugar de proteger a sus colegas violentos. Nos patean el auto todo el tiempo, a mi marido lo tiraron al piso, amenazan con pegarle un tiro”, contó Schana Lago, cuyo marido Roberto Siro, de 45 años, realizó una nueva denuncia este sábado, tras un evento violento.

“El primer hecho grave fue el 23 de junio. Era temprano, y escuchamos que tocan el timbre sin parar. No entendíamos nada. Cuando salimos, estaba el policía sacado, diciendo que no podíamos dejar el auto estacionado en la calle, porque él no podía sacar el suyo, del garaje de la casa ubicada en la vereda de enfrente”, dijo Lago.

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