Ocho cadáveres fueron halladas en el edificio que se vino abajo el 29 de octubre. La única sobreviviente, una mujer de 79 años, falleció en las últimas horas luego de haber pasado por distintas internaciones.
La torre de 10 pisos que daba forma al Apart Hotel Dubrovnik se desplomó durante la madrugada del 29 de octubre e impactó sobre un edificio lindero de 24 departamentos que quedó partido al medio y tendrá como próximo destino la demolición.
Este viernes, un mes después del derrumbe que conmocionó a Villa Gesell y al país, la Justicia tiene en sus manos una investigación que cuenta con 14 imputados por "estrago culposo agravado". Seis de ellos estuvieron detenidos y fueron excarcelados, por lo cual al día de hoy no quedó nadie preso.
Ocho personas fallecieron en el lugar y sus cuerpos fueron hallados a lo largo de varias jornadas de rescate. La única sobreviviente, María Josefa Bonazza, murió en la madrugada de ayer en la ciudad de Balcarce a los 79 años tras haber pasado por distintos períodos de internación.
Tras la tragedia, la cuadra de Avenida 1 ubicada entre Paseo 103 y Avenida Buenos Aires quedó inhabilitada para el paso de vehículos y solo pueden acceder caminando los peritos que trabajan justo a mitad de cuadra sobre lo poco que quedó en pie de lo que fue uno de los alojamientos turísticos más tradicionales de Villa Gesell.
Ubicado a menos de 200 metros de la playa, el Apart Hotel Dubrovnik acababa de cambiar de dueños y afrontaba obras de mejoras, algunas estéticas y otras algo más profundas, que ahora están en la mira de la Justicia. Por eso, desde hace más de 20 días, cuando terminaron las tareas de rescate de los cadáveres llevadas adelante por más de 1.500 bomberos, policías y personal de salud, se buscan evidencias entre esos escombros.
La fiscal Verónica Zamboni, a cargo de la causa, espera por resultados de peritajes todavía pendientes. Uno de los más importantes tiene que ver con determinar la calidad y estado del hormigón que sostenía a esta mole, de la cual solo sobrevivió el cuerpo de dos plantas que da al frente y donde funcionaba, en primer piso, el salón comedor.
Esa tarea se encamina a requerir intervención de especialistas que, de acuerdo a lo que informó La Nación, serían solicitados al Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI). Luego llegaría el turno del peritaje de la ingeniería civil. Según surge de la investigación y las declaraciones de testigos y varios de los imputados, tras el cambio de manos del Apart Hotel Dubrovnik se emprendieron obras de mejoras de cara a la reapertura a huéspedes, que iba a ser diciembre, con el inicio de una nueva temporada de verano.
Algunos arreglos, que están a la vista, implicaron el cambio de ventanales en el frente y fachada, allí donde los huéspedes desayunaban. En la torre había también reparaciones y cambios de griferías y cañerías, también de alcance superficial. Se entiende que los trabajos de mayor alcance e impacto sobre la estructura edilicia tenían que ver con un elevador que se iba a instalar entre las cocheras del subsuelo y el nivel de planta baja de la torre de apartamentos.
Se habían hecho excavaciones y alguna de las declaraciones reconocen que los movimientos de tierra dejaron a la vista las bases mismas de esa estructura. Zamboni solicitó y logró que el juez de Garantías David Mancinelli ordenara seis detenciones en esta causa: los albañiles Diego González y Miguel Andrés Choque Juchani, los contratistas Celso y Sergio Paco y Rubén Taquichiri y el arquitecto Jorge Bonavita, el único que se negó a declarar. Todos lograron la excarcelación, apelada por el Ministerio Público Fiscal y también ante Cámara de Apelaciones desde la Fiscalía General, a cargo de Diego Escoda.
La lista de imputados notificados de acusación, pero todavía sin ser citados a indagatoria incluye a otras dos arquitectas, a dos responsables de la empresa que instalaba el ascensor y a los cuatro miembros del directorio de la empresa Parada Liniers S.A., firma que en abril pasado había comprado el hotel. Todos tienen prohibición de abandonar el país.
Ocho personas fallecieron en el lugar del hecho. Según el orden en que se rescataron sus restos, como consecuencia del derrumbe murieron Federico Ciocchini, quien se encontraba con su esposa, Bonazza, durmiendo en un departamento del edificio Alfio I, a menos de diez metros de la torre del Dubrovnik. Rosa Stefanic, ex dueña, y su sobrino Nahuel Stefanic, que vivía allí con ella y Dana Desimone, una joven que asistía desde lo administrativo. Ellos tres estaban al nivel del lobby, pero en una construcción por delante de la línea vertical de la torre que se desplomó.
En esta última estaban las otras cuatro víctimas, todos obreros que venían desde otras localidades y se quedaban de lunes a viernes. Los plomeros Mariano Troiano, Ezequiel Matu y Matías Chaspman, de Mar del Plata y Batán; y el carpintero Fabián Gutiérrez, de la localidad de Merlo. Nueve días demoraron los rescatistas encontrar y retirar esos cuerpos.
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