Tras analizar cámaras de seguridad y encontrar ADN en la escena del crimen, la Justicia ordenó la detención de Pablo Parra. Lo acusarán por el femicidio de Agustina Fernández.

El crimen de Agustina Fernández, la joven estudiante de Medicina que fue asesinada en 2 de julio en la ciudad de Cipolletti, Río Negro tuvo este jueves un giro inesperado ya que la Justicia decidió la detención de su amigo Pablo Parra, que fue el último que la vio con vida.

Parra, empleado de la industria petrolera, es el dueño del departamento donde Agustina Fernández fue atacada y donde apareció sin vida. El joven de 24 años fue detenido esta madrugada luego de que una serie de pruebas lo incriminen, entre ellas un análisis de ADN.

Según trascendió, el fiscal Martín Pezzetta trabajó todo este tiempo recabando una serie de pruebas (no sólo el ADN) por lo que se espera que en las próximas horas se concrete la formulación de cargos (tiene plazo hasta mañana), por lo que si la imputación avanza, Parra será juzgado en un juicio por jurados.

El allanamiento se realizó este jueves en un edificio del barrio San Pablo, sobre la calle Irigoyen, y el joven quedó detenido a disposición de la Justicia y cuenta con el asesoramiento del defensor público Sebastián Nolivo hasta que designe un abogado.

En el operativo se le secuestraron una computadora y un teléfono celular que serán analizados.

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¿Por qué no se lo detuvo antes?

En los primeros meses, la investigación se situó en la teoría del robo, ya que que todos los peritajes alejaban a Pablo Parra de la escena del crimen. Él había manifestado haberse ido de su domicilio para comprar alimentos (helado y cerveza) y se demoró más de la cuenta (dijo que pasó por lo de sus padres a dejar una parrilla), por lo que al llegar encontró a Agustina con señales de haber sido atacada.

"Al abrir me encuentro con Agustina tirada en el piso. Estaba todo revuelto. La toco, y ella estaba convulsionando. Inmediatamente, pedí ayuda", declaró oportunamente.

"Veo el tender de la ropa tirado. Noto también que parte del alambrado perimetral estaba tirado. Me subo a la parrilla y veo que había una escalera parada para ingresar a mi patio. La parrilla del departamento da a un baldío donde hay una casa en construcción, pero no vive nadie", detalló el joven al que ahora la Justicia lo pondrá en el banquillo de los acusados.

En ese momento se pudo comprobar su coartada y el resultado de ADN que se cotejó con los rastros que se obtuvieron del cuerpo de la joven dieron negativo, además, de que Parra no mostró marcas de parte de alguien que se hubiera defendido.

Según se sabe ahora, un tiempo después se confirmó que el retazo de una prenda de vestir que colgaba en el alambrado que da al patio de la vivienda tenía el ADN de Parra.

Además, se analizaron cientos de horas de videos de cámaras de seguridad públicas y privadas y junto con la Oficina de Investigación en Telecomunicaciones y la colaboración del Ministerio Público Fiscal de Neuquén y Salta avanzaron en el análisis de las líneas telefónicas que tuvieron actividad en la zona en el período donde se habría producido el ataque.

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