Diego Ochoa, más conocido en el mundo Newell’s como “El Panadero”, sacudió la interna de Tribunales en Rosario después de pedir una ampliación de indagatoria en la causa que se lo investiga como presunto instigador del asesinato de Maximiliano "El Quemadito" Rodríguez, quien fue ejecutado en febrero de 2013 en una esquina céntrica de la ciudad y a plena luz del día.
Ochoa, quien fue el jefe de la barra de Newell’s después de la caída de Pimpi Camino, fue detenido en agosto de 2013. Ese mismo año, fue procesado por el juez Javier Beltramone, quien investiga el asesinato de Rodríguez, pero la Cámara lo sobreseyó, la fiscalía apeló y el tribunal superior finalmente revocó su sobreseimiento.
Ahora es la fiscalía, a cargo de Luis Schiappa Prieta, quien debe pronunciarse para fijar fecha del juicio. Mientras tanto, "El Panadero" se dedicó a estudiar la causa de manera minuciosa, tuvo acceso a todas las escuchas del expediente y mientras pasa sus días en la cárcel de Piñero -a las afueras de Rosario- se dedicó a transcribir cada una de ellas y se fue dando cuenta de que en realidad en esa causa lo que había era una “cama” y por eso se presentó en el Juzgado de Instrucción Nº 9 con sus desgrabaciones.
Ochoa juntó escuchas olvidadas en la causa que comprometen a abogados y jueces en la trama de una presunta maniobra para inducir la culpabilidad del crimen de Rodríguez a quien fuera el líder del paraavalancha rojinegro. Esta declaración de Ochoa puede, no solo sacarlo del centro de la escena en esta causa, sino lograr la revisión de su condena de 11 años por instigar el crimen de Roberto "Pimpi" Caminos.
En la declaración, a la que tuvo acceso POPULAR, Ochoa presenta conversaciones en las que participa el abogado Carlos Varela y en las que charla con Sergio Rodríguez, padre de Maximiliano, y su defendido. Del material se desprende la evidencia que la preocupación era saber para dónde iba la investigación por el asesinado del Quemadito: "Mañana voy a hablar con el juez y le tiro alguna línea, lo tiro en la mesa para rumbear la investigación", le promete Varela a Rodríguez. El juez en cuestión es Beltramone y lo que llama la atención es que inmediatamente el magistrado dispone "inteligencia de llamadas" sobre los teléfonos de Ochoa.
Otra de las transcripciones que presenta Ochoa para sumar a la causa, es en la que aparece Sergio Rodríguez hablando con Rosa, su mujer, y en un momento él habla de su intención de manipular la investigación sobre el crimen de su hijo el Quemadito y Sergio le cuenta los últimos acuerdos con Varela. Rosa parece ser más que una pareja, ya que aparece con carácter y decisión en la charla y con influencia sobre Rodríguez. En una de las transcripciones, el propio Rodríguez reconoce al autor del crimen de su hijo como "El Puntero", quien se presume ser Guille Cantero, uno de los líderes del cartel de Los Monos.
Rosa: Vos no tenés que decir nada, que nunca vos sospechaste nada de ellos (los Cantero).
Sergio Rodríguez: No, no los pronuncio, no me interesa, lo único que hablé es que lo investiguen a (Eduardo) Trasante (padre de Jeremías, víctima del Triple Crimen por el cual fue condenado Sergio Rodríguez como coautor a 32 años de prisión), al Panadero y al porteño (ex barra de Newell's).
Rosa: Está bien.
Sergio Rodríguez: No, a ellos nada. Si yo sé. ¿Qué, soy boludo? El otro que aprendió a caminar para mí viene por ahí la sospecha, sabés de quién te hablo, del Puntero.
Ochoa sospecha que el asesinato del Quemadito se dio en medio de la disputa narco en Rosario y en una de las escuchas que aportó se puede escuchar al padre del fallecido hablando con su mujer y dando detalles del enfrentamiento que su hijo había planteado con los Cantero y los riesgos que esto implicaba.
“Me voy a tomar unos mates con el Viejo Cantero. Cuando se fue me dijo 'no sé por qué quería hablar tanto con vos Sergio'. 'Porque me mandó Dios', le digo, 'te veía medio tristón y me hiciste volver el alma al cuerpo, me devolviste mucha fe con lo que me dijiste'. Este encuentro había que tenerlo. El me habló de mi libertad, hablamos sobre el pibe (su hijo Maxi Rodríguez). ¿Por qué hablamos sobre el pibe? Porque él una vez lo paró en un auto de alta gama y lo fueron a buscar. ¿Sabés qué le dije yo? Yo soy mucho más inteligente que mi hijo, porque esto es así. Él me dijo que no, que el día de mañana cuando él no sirva más, el padre le volaba la tapa de los sesos, ¿me explico? Este pibe no supo contar, él fue a todo lo fácil y así terminó, cuando no lo precisaron más, lo mataron", admite Sergio Rodríguez. "Se quería abrir solo, se quería poner un supermercado (venta de droga) en el centro", asume el papá del Quemadito sobre su hijo.
Otra de las desgrabaciones que hizo Ochoa y que aportó en su ampliación, tienen que ver con la intervención que se le hizo al teléfono del Quemadito Rodríguez, quien charlando con una persona le cuenta su plan para armar “una banda grosa” que nada tuviera que ver con Los Monos y esta persona le advierte del riesgo.
“Tenemos que armar nuestra propia banda, sí hermano quería proponerte que armemos una banda juntos, que armemos una banda más grande y poderosa”, dice Rodríguez. “Ya estoy en eso, pero hay que salir de la zona sur, hay que estar bien con ellos (los Cantero, se entiende) pero armar una banda aparte”, le dice la otra persona.
Ochoa en el final de su exposición ante la fiscal de la causa, deja en claro que todo esto se trata de un complot para pegarlo a él a la muerte del Quemadito y también a la de Pimpi y quedarse con el control de la barra. “Quiero destacar que en todas las escuchas se pueden acreditar dos cosas: primero las intenciones reales de Maximiliano Rodríguez de formar su propia banda y manejar todo. Y que la palabra Ochoa, Panadero, cancha o Newell’s, no aparecen nunca en las escuchas quedando en claro mi inocencia y todo esto se trata de una incorrecta acusación hacia mi persona. Ellos mienten, diciendo que Maxi Rodríguez quería retomar el poder de la hinchada cuando salió de la cárcel, pero es mentira. Dicen que Pimpi quería retomar el poder de la hinchada pero es mentira. Así construyeron esta mentira”, dice textual la declaración.
Hoy la barra leprosa está en poder de los que se denominan La Gloriosa Banda del Rojinegro. La misma se armó con residuos de todas las anteriores. Hay gente que respondía a Pimpi, también gente de Los Monos y algunos que paraban en el paravalancha con Ochoa. El narcotráfico está siempre sobrevolando la tribuna y ahora habrá que ver cómo la Justicia decide continuar una causa que sin dudas marcó un antes y un después en la vida de la tribuna rojinegra.
Si el Juez le da la derecha a Ochoa y toma en cuenta las pruebas que aportó en el juicio por la muerte del Quemadito, también impactaría directamente en la causa por el asesinato de Pimpi, ya que los testigos más importantes son los mimos.
Mientras tanto, los asesinatos por “ajustes de cuenta” en la guerra narco se suceden. Durante 2018 ya hubo 72 muertos en Rosario. El último hecho fue el martes, cuando acribillaron a tres delincuentes en un confuso episodio y horas después la policía confirmó que uno de ellos, Pajarito Fernández, era “socio” de Guille Cantero, el Jefe de la Banda, que hace días fue condenado a 22 años de prisión. No son pocos los que aseguran que el propio Cantero maneja todo desde su celda y entre sus “trabajos” está la barra leprosa.
Ochoa espera la resolución de la fiscal para saber si eleva a Juicio la causa por la muerte del Quemadito y además aguarda la resolución de su apelación por la muerte de Pimpi.
Lo que espera la sociedad y el hincha es que de una buena vez estas causas se cierren y con Justicia para tranquilidad de todos.