La esposa de un diplomático agredió brutalmente a una encargada de edificio en Recoleta luego de haber reprendido a la hija de la pareja por haber dejado la puerta del ascensor abierta. El momento quedó filmado por las cámaras de seguridad.
El hecho ocurrió en un edificio de la calle Arenales cuando la encargada del edificio habría retado a la hija de la pareja por haber dejado la puerta del ascensor abierta. El descuido generó que ningún vecino en todo el edificio pudiera tomarse el ascensor para subir a su departamento o salir del mismo.
Tras el reto, la pareja increpó a la encargada en la puerta del edificio ubicado en Arenales y ahí comenzó una discusión entre las dos mujeres. Todo sucedía del lado de afuera del lugar y bajo la atenta mirada de César Lawson, un hombre que trabaja como diplomático en Panamá.
La discusión comenzó a subir de tono hasta que la mujer -identificada por la portera como Jessica Giovana Pineda - agarró de los pelos a la encargada y la tiró contra el piso. Tras el brutal impacto contra el suelo, el hombre primero se acercó a la víctima y luego trató de ayudarla para que se levante.
Mientras el diplomático intentaba colaborar para que el conflicto no pase a mayores, la agresora continuaba insultando a la portera, quien no alcanzó siquiera a poner las manos antes de caer al piso. Unos minutos después, el hombre tuvo que intervenir para que la empleada no atacara a su esposa.
Dos cámaras de seguridad ubicadas en distintos sectores del edificio de Recoleta filmaron el momento del ataque. Por estas horas, la causa está en trámite en la Justicia y se están realizando las medidas de prueba.
Por su parte Juliana, la encargada del edificio de Recoleta, sigue con miedo. Tiene dos costillas rotas y teme represalias por parte de Jessica Giovana Pineda.
Después de la golpiza ocurrida el 11 de julio, la situación fue de mal en peor: Juliana recibió desde cartas documento para que no hable del diplomático hasta amenazas dentro del edificio.
Juliana detalló que sufrió dos hernias en la cervical a raíz de la caída y que continúa con una fuerte contusión en las piernas pese a que el ataque fue en mayo. “Tengo el brazo izquierdo que se adormece y rompí un montón de cosas porque se me caen cuando las agarro. Tengo dolores de cabeza por la hernia en la cervical. El viernes el psiquiatra me tuvo que aumentar la medicación porque tengo mucho miedo”, contó.
Además, denunció que la ART no se quiere hacer cargo de los gastos de los diferentes estudios y que solo paga el psicólogo y el psiquiatra. La mujer, que vive en ese edificio hace 13 años, teme por su vida y denuncia que sufrió amenazas y cartas a documento por parte del diplomático.
“Él me puso un bozal legal, por eso no puedo nombrarlo, y me mandó una carta a documento. Cuando ocurrió el conflicto llamó por teléfono y habló con un policía durante 20 minutos. El policía me engañó esa noche y me dijo que si quería seguir con la denuncia penal nos iba a meter presas a mí y a la señora. Me vi obligada a firmar el acta como estaba escrita porque necesitaba atención médica”, explicó la mujer.
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