La historia previa que desencadenó el crimen a puñaladas de un hombre en una vivienda de José C. Paz, cometido por su esposa e hija, da cuenta de un calvario de violencia física y verbal que vivieron ambas mujeres durante los últimos años. Así lo revela el testimonio de Milagros Naiaretti, de 18 años, quien se encuentra detenida junto a su madre Paola Córdoba, como las autores del homicidio de Alberto Naiaretti.
La joven contó que tanto ella, como algunos de sus hermanos y principalmente su madre, tuvieron algunos intentos de suicidio frente a la situación a la que los sometía su padre, en un contexto de convivencia familiar casi inaguantable. De las 15 páginas que tiene toda la indagatoria, nueve están dedicadas al relato que hizo ante la fiscal Silvia González Bazzani, de los antecedentes de violencia doméstica que padecían.
Por ejemplo, Milagros Naiaretti sostuvo que su papá no quería separarse de su madre “porque con ella, él tenía plata fácil" y además, detalló que la "obligaba a prostituirse en la ruta 8". Y como uno de los ejemplos, mencionó que en 2017, “la lastimó mucho”, en un episodio en el que la llevó al lavadero de autos que tenía en su casa y donde trabajaba, atacándola con un chorro a presión de una máquina hidrolavadora.
También contó que una vez se enojó con su hermanito, de 6 años, porque ‘no escribía bien’, el chico se puso a llorar y le dijo que los hombres no lloraban y gritaba ‘que puto le había salido el pendejo’. ‘Con nosotros, la violencia era más verbal. Con mi mamá era verbal y física’, destacó.
También mencionó que en la última Navidad, su padre le dio 1.500 pesos a su madre para comprar regalos para los chicos y cuando volvió le ‘pegó una piña en la cabeza, porque no le sobró nada’.
Siempre según lo que contó en su indagatoria, Milagros Naiaretti dijo que cuando su hermana de 13 años se llevó dos materias a fin de año, su papá la llevó a la cocina ‘y le empezó a pegar piñas en la panza’ y le dijo que era ‘una burra de mierda’.
Sobre la última vez que Alberto Naiaretti fue violento, precisó que sucedió en 2015, cuando lo citaron por una denuncia de violencia familiar y él pensó que ella lo había hecho. “Ese día subió corriendo con un cinto a la pieza, me bajó de los pelos de la cama cucheta y me empezó a pegar en todo el cuerpo y en la cabeza” y más tarde, “me llevó al patio y pese a que era invierno y hacía frío, cargó dos baldes de agua y me los tiró encima’.
‘Al otro día me quise matar. Mi papá tenía en la cocina una caja de remedios en general. Yo agarré y tomé las pastillas más fuertes que él tomaba. Tomé como siete pastillas con Frizze. Me quedé medio dormida, estaba como ida’, confesó.
La chica también le exhibió en su indagatoria a la fiscal una serie de cicatrices que tiene en las muñecas y contó que eran autoinflingidas de un par de veces que se cortó, después de mantener discusiones con su padre.
También exhibió otros cortes en las piernas que se hizo ‘con el filo de un sacapuntas’ cuando su papá la insultó porque no pudo actualizarle el teléfono celular .
En otro episodio de violencia padecido por ella, contó que Naiaretti le revoleó un plato de comida, molesto porque ella estaba frente a un espejo y no le prestaba atención y que después ‘agarró una milanesa’, se la tiró encima y le dijo: ‘Dale comé, sos igual que tu mamá, me chupás la energía’.
‘Me dijo que a pesar de que no era su hija me había lavado la ropa y me había dado de comer y que tenía que agradecer que no me había violado’, añadió la joven, en un crudo testimonio.
“Agarré uno de los cuchillos que estaba en el piso y lo clavé a mi papá”
”Cuando estaba forcejeando con mi mamá, agarré un cuchillo y lo apuñale una o dos veces. Tenía mucho miedo de que nos siguiera lastimando”. El testimonio de la chica, que está presa por haber participado del homicidio de su padre en una vivienda de José C. Paz, arrojó más indicios sobre que se trató de una reacción, que puede encuadrarse en la legítima defensa, ante la situación de violencia de género que venían padeciendo desde hace largo tiempo en el seno familiar.
En su indagatoria, Paula Milagros Naiaretti contó de manera detallada a la fiscal Silvia González Bazzani los hechos violentos que se iniciaron la noche del viernes, cuando los integrantes de la familia terminaron de cenar y se fueron a dormir y culminaron la madrugada del sábado con el padre Alberto Elvio Naiaretti (de 46 años), asesinado a puñaladas. De manera inicial, la joven hizo un relato de la acusación, para luego dar precisiones de lo sucedido y luego contó la situación familiar y las peleas entre su padre y su madre Paola Elvira Córdoba (38).
“Mis papás estaban discutiendo. Mi papá le quiso levantar la mano a mi mamá. Mi mamá se empezó a quejar como queriendo evitar que él la golpee. Tenía miedo de que él le haga algo a mi mamá porque cuando se ponía así era muy bruto y tuve miedo”, comenzó, explicando, seguidamente, que luego le mandó mensajes de Whatsapp a su tía “Mary”, hermana de la madre, para avisarle lo que estaba pasando, pero más tarde se quedó dormida leyendo el teléfono en la cama.
“Después me levanté tipo una y media o dos de la mañana más o menos. Escuché que mi papá empezó a gritar. Me levanto de mi cama y voy a la pieza de ellos. Ahí veo que mi mamá lo estaba apuñalando a mi papá. Lo estaba apuñalando con un cuchillo, uno o dos, me acuerdo que lo estaba apuñalando. Mi papá la agarraba de la mano y de la cabeza a mi mamá y le decía ‘no, Pao, me voy’. Eso se los decía a cada rato, varias veces le dijo como que se iba de la casa. Después mi papá empezó a forcejear con mi mamá y se empezaron a ir como a la habitación mía y de mis hermanos”.
La joven explicó en su indagatoria que sus hermano varón de 6 años y su hermana de 13 se despertaron, por lo que ella les dijo que se volvieran a dormir y fue hasta la puerta de su padres a cerrarla. “Yo al cerrar la puerta me quedé del lado de ellos, o sea del lado de la habitación de mis papás. Mi papá le estaba queriendo sacar el cuchillo a mi mamá, como que la quería apuñalar. Mi papá de nuevo gritaba como que le dolía, ‘me duele Pao’, le decía, que llamen a la policía”, dijo.
Al confesar su participación en el hecho, la joven declaró: “Parecía que él la iba venciendo en fuerza y yo tenía miedo porque no quería que la lastime a mi mamá. Tampoco quería que me lastime a mí. Yo agarré uno de los cuchillos que estaba en el piso y lo clavé a mi papá, no sé si una o dos veces y después lo solté de nuevo. Mi mamá siguió, ella lo seguía apuñalando”. La chica contó que su padre la miró y le pidió que lo ayude y recordó: “Yo le agarré la mano y le dije que me perdone. Después él se cayó sobre la ventana, quedó sentado ahí y yo le seguía dando la mano. Después al rato me soltó”