Aquella mañana del 2 de abril de 2017, en un mensaje a su madre le dijo “prepará el mate que voy para allá” y ése fue el último contacto de Araceli Fulles, la joven que estuvo 25 días desaparecida hasta que su cuerpo fue hallado enterrado en los fondos de una vivienda, no muy lejos de su casa, en la localidad de José León Suárez. Su búsqueda exhibió el fracaso de los investigadores, en medio de una cuestionada labor policial y judicial y una vez encontrado el cadáver, se conocieron detalles de este femicidio, que también marcó un mojón importante en la demanda social por el Ni Una Menos.
Se cumple un año del crimen de esta chica, de 22 años, fanática de River Plate, familiera y amiga de sus amigos, quien fuera abusada sexualmente, golpeada y estrangulada, para luego ser descuartizada en un intento por ocultarla debajo de una losa. Las pistas falsas que se siguieron en ese casi un mes sin noticias de su destino y otras que se “plantaron” no sirvieron para doblegar el reclamo de sus padres, los que fueron acompañados por organizaciones sociales. Cuando finalmente unos perros rastreadores de un cuerpo de bomberos de Punta Alta dieron con los restos de Araceli Fulles, la trama de encubrimiento comenzó a caerse.
Se detuvo, tras unas horas prófugo, al dueño de esa vivienda y que fue señalado como el homicida. De todas maneras, Darío Badaracco contó con cómplices y entonces, otros hombres, entre ellos compañeros de trabajo en un corralón de materiales y el propio dueño del comercio, más algunos albañiles quedaron implicados en el caso, que tuvo una enorme repercusión pública.
Su hermano Hernán Badaracco, Carlos Cassalz, Marcelo Escobedo, Hugo Cabañas, Emmanuele y Jonathan Avalos (hermanos de un efectivo del Comando de Patrullas de Tres de Febrero), Marcos Ibarra y Daniel Alaniz son los nombres imputados, aunque todavía resta que grado de participación tuvieron uno y cada uno de ellos en este crimen.
A principios de marzo, la fiscal Graciela López Pereyra pidió la elevación a juicio del expediente, pero aún la Justicia de Garantías de San Martín no se expidió. Entonces, Darío Badaracco es hoy por hoy, el único que permanece detenido por el femicidio de Araceli Fulles, ya que el resto accedió al beneficio de la excarcelación, aunque Cassalz, el dueño del corralón, volvió a quedar detenido, ya que ni bien recuperó la libertad fue a amenazar de muerte de uno de los testigos.
En el debate oral y público, los nueve acusados deberán responder por su responsabilidad en el femicidio de la joven y si bien en el imaginario colectivo quedó instalado que “hay un principal sospechoso de ser el asesino”, algunas evidencias, como entrecruzamientos telefónicos, podrían dar un giro, en relación a quien fue el autor material del crimen, los que actuaron como cómplices o bien, cumplieron el rol de encubridores. Mientras espera que “alguna vez” llegue ese juicio, Ricardo Fulles, papá de Araceli, contó a DIARIO POPULAR que “hay muchas complicaciones y la sensación que tenemos desde siempre, es que todo marcha muy lentamente. Desde el mismo momento en que desapareció mi hija venimos reclamando que haya claridad para saber que pasó y nunca la tuvimos. Y así como nunca nos callamos, seguiremos reclamando para que se sepa la verdad. Hay cosas oscuras que han pasado en el medio de la investigación”.
¿Fue Darío Badaracco el asesino?. Es el interrogante que surge, aún no develado, pese a que se trata de la principal hipótesis que manejan los investigadores. Y hay otras preguntas a contestar, sí fue este joven, ya que en su casa encontraron sepultada a la chica, lo hizo por encargo o bien fue parte de una “segunda parte” de este brutal episodio, que habría sido cometido por otro hombre, que inclusive puede estar entre los acusados en el expediente.
Sin dudas, son muchas las respuestas que la Justicia debe darle a la familia Fulles, a toda la sociedad, sí se pretende generar confianza, luego de una investigación, donde se hizo mucho foco en la intimidad de la víctima, hubo referencias a vinculaciones con el narcotráfico y poco se profundizó en un presunto “mirar para otro lado” durante la prolongada y supuesta búsqueda de Araceli.
Más allá de la posterior decisión oficial de separar al oficial Avalos (hermano de dos imputados), un subcomisario y otros de efectivos de comisarías que participaron de los procedimientos, bajo la sospecha de haber “plantado pruebas falsas”, como aquel monederito misterioso. Esta tarde, en el cruce de las avenidas Marquez y 9 de Julio de José León Suárez, se concretará una marcha para pedir “Justicia por Araceli”.
“A un año del femicidio, todavía estamos sin respuestas. Necesitamos tu ayuda para que no le pase a nadie más”, expresa la convocatoria de muchas organizaciones sociales y políticas que vienen acompañando el reclamo de la familia.