Aquí, optan por las grandes ciudades para operar.
Buenos Aires, lógicamente, es la favorita, y son los barrios de Belgrano, Núñez y Palermo los más elegidos. En ese marco, se acaba de descubrir una nueva modalidad, ya que las bandas arman negocios decerrajería en esas zonas, pero cuando arreglan los problemas, también hacen copias de las llaves. Luego, desvalijan los departamentos.
En los últimos días, se registraron más de 50 episodios con estas características. La modalidad fue bautizada como “cerrachorros”. Es que, como se dijo, para perpetrar los atracos los delincuentes se valen de un engaño que consiste en ofrecer servicios de cerrajería a propietarios desprevenidos.
Una de las formas más utilizadas es mediante avisos colocados en la vía pública, con teléfonos para que los vecinos llamen cuando tienen algún inconveniente con las cerraduras de sus
domicilios.
Según
explicó a este diario Javier Miglino, “el modus operandi de este delito muestra que los ladrones ingresan al inmueble con una copia de la llave, arrasan con todo lo que encuentran y en ninguno de los casos se ha logrado recuperar lo robado”.
El abogado, titular de la ONG Defendamos Buenos Aires, agregó que “los ladrones son en su mayoría colombianos que ingresaron al país, en muchos casos con sus familias, con el propósito de dedicarse a este delito”.
Según afirmó Miglino, “t
enemos conocimiento de que la justicia está librando las primeras órdenes de allanamiento de los inmuebles que aparecen en los avisos, ninguno de ellos abierto al público ni habilitado para la actividad comercial”.
El letrado explicó que para el rubro cerrajería no existe regulación más allá de la que es común a cualquier comercio. “Nunca hizo falta porque no es habitual que haya cerrajeros infieles que se aprovechen de su oficio para robar departamentos. Hasta hace 4 o 5 años ese tipo de robos prácticamente no existía”, explicó.
El especialista señaló que desde el ingreso de estas bandas, la modalidad recrudeció hasta tal punto que, según aseguró, “ya hay 170 ciudadanos colombianos procesados sólo por este delito”.
Miglino aclaró que en los últimos episodios reportados y mientras empiezan a aparecer las primeras probanzas, “en más de un caso el vecino robado admitió haber contratado un cerrajero al que llegó luego de ver un sticker con el teinléfono en alguna calle del barrio”.
“La secuencia es simple: se traba una cerradura que funcionan mal osimplemente necesitás una copia de la llave para tu novia o para un empleado y para no moverte de tu casa llamás a uno de estos cerrajeros”, indicó el profesional.
Miglino precisó que según las denuncias, “en al menos cuatro departamentos robados sus ocupantes admitieron haber contratado cerrajeros sin cerrajería, es decir vieron el número y no constataron donde funcionaba el negocio comercial”.
“Ante estas constancias la justicia en forma confidencial empieza a investigar la pista de los presuntos cerrachorros, porque es bastante sencillo obtener una copia de llaves luego de reparar una cerradura y/o de hacer una copia, mientras que el domicilio del negocio de la “cerrajería” no aparece por ningún lado”, aclaró Miglino.
Según las fuentes consultadas, existe preocupación por el auge de esta modalidad, que incluso utilizan recursos sofisticados que requieren mucho dinero. En este sentido Miglino precisó que “
alquilan departamentos desde donde hacen inteligencia y tienen acceso al edificio”.“El circuito delictivo se cierra con la comercialización de los objetos robados, lo que se hace rápidamente y sin dejar rastros”, precisó. Para evitar riesgos Miglino recomendó no recurrir a estas cerrajerías y sobre todo no dejar las llaves para hacer copias.
“Mucha gente por comodidad, para no moverse de su casa llama a estos cerrajeros que ofrecen delivery de llaves a la oficina o al departamento”, señaló.
Migración delictivaEn Colombia, la situación respecto a la inseguridad y violencia es extrema. Las cifras, en términos comparativos con nuestro país, son contundentes: mientras en Argentina la tasa de homicidios cada 100 mil habitantes es de 5,5 (unos 3.100 crímenes anuales), en la tierra del mejor café asciende a 33,4 (más de 15.000 asesinatos cada doce meses). Al margen de las mafias que allí manejan el negocio de la droga, es muy importante el accionar de bandas delictivas, tan poderosas como sofisticadas.
La presión ejercida para bajar los índices de violencia impulsada por el gobierno colombiano viene generando desde hace unos tres años una “migración” delictiva a otras naciones de la región, incluida la Argentina. Así, ya fueron detenidos más de 250 ciudadanos colombianos, acusados de participar en hechos delictivos, mayormente en su especialidad, que son los “escruches”, o robos en viviendas en ausencia de sus moradores.
El licenciado en Seguridad Pública, Luis Vicat, reveló que “así como la corriente migratoria peruana dedicada a negocios ilícitos se ocupa de ganar espacios territoriales en la ciudad casi exclusivamente en el tráfico de drogas, observamos algo similar con la delincuencia colombiana en Capital Federal y los robos a casas”.
Acerca de las características de los ladrones colombianos, Vicat explicó que “generalmente se mueven de a tres o cuatro, y una de las modalidades implica chequear que no haya nadie en la casa o departamento marcado, para luego falsificar la llave de ingreso y desvalijar el lugar”.
También explicó que “los colombianos saben que, en caso de resultar atrapados por las fuerzas de seguridad, les cabe una acusación por hurto, que es un delito menor en la escala penal”, agregando que “no se mueven con armas, son meticulosos y planean cada golpe con mucho detalle”.