La causa también los señala por suministro y facilitación de estupefacientes en la investigación por el fallecimiento del ex integrante de One Direction.
La fiscalía, que investiga la muerte del músico inglés Liam Payne, imputó a tres sospechosos por presunto abandono de persona seguido de muerte, suministro y facilitación de estupefacientes.
El exintegrante de la banda británica One Direction murió el 16 de octubre en un hotel del barrio porteño de Palermo.
En un comunicado, el Ministerio Público explicó que el fiscal imputó formalmente a tres personas, solicitando su declaración indagatoria y detención.
El primero de los acusados es quien acompañaba de manera cotidiana al artista durante su estancia Buenos Aires y se le imputa por los delitos de abandono de persona seguido de muerte --contemplado en el artículo 106 del Código Penal y que prevé pena de 5 a 15 años de prisión--, en calidad de autor, en concurso ideal con suministro y facilitación de estupefacientes.
El segundo imputado es un empleado del hotel que debe responder por dos suministros comprobados de cocaína a Liam Payne en el periodo en el que se encontraba en el hotel. Por último, el tercer investigado también es un proveedor de estupefacientes, por lo que a ambos se les imputó por el delito de suministro de estupefacientes.
En el dictamen, se detalla la investigación realizada por la fiscalía para reconstruir los días en los que Payne estuvo alojado en el hotel y, además, se solicitaron nueve allanamientos en domicilios en Buenos Aires y provincia, así como la instauración del secreto de sumario hasta que se ejecutaran, para proteger sus resultados y la investigación.
Según la investigación de la Fiscalía, se acreditaron "de manera visible, concreta y contundente al menos cuatro suministros de estupefacientes de terceros y otras facilitaciones de consumos adictivos por parte de su entorno directo", que tuvieron como destinatario al exintegrante de One Direction durante su alojamiento en el mencionado hotel, entre el 13 y 16 de octubre último.
Los resultados de los estudios toxicológicos revelaron que, en los momentos previos a su muerte y en el lapso de al menos sus últimas 72 horas, "Payne solo presentaba en su cuerpo rastros de un policonsumo de alcohol, cocaína y un antidepresivo recetado". A esa conclusión se llegó tras los análisis toxicológicos completos sobre orina, sangre y humor vítreo, realizados en muy corto tiempo, señala la Fiscalía.
Asimismo, otros tres informes solicitados por el Ministerio Público ratificaron, entre otros puntos, que todas las lesiones que presentaba Payne "eran compatibles con las producidas por caída en altura" y que "se descartaban las autolesivas de cualquier tipo y/o también la intervención física de terceras personas". También destacaron que la víctima no llegó a adoptar una postura refleja para protegerse en la caída, por lo que, de momento, "se puede inferir que pudo haberse precipitado en un estado de semi o total inconsciencia".
El Ministerio público ha señalado que desde el inicio de la investigación varias decenas de testimonios, que incluyen a personal del hotel, familiares y allegados, profesionales médicos, bioquímicos y psiquiatras, participaron en las pesquisas para esclarecer las circunstancias que rodearon a su fallecimiento. El artista, de 31 años, murió el pasado 16 de octubre cuando cayó de un balcón en un hotel del barrio porteño de Palermo.
Así, señala que los investigadores realizaron un análisis de más de 800 horas de vídeos de diversas cámaras de seguridad del hotel y otras de la vía pública, con personal de la fiscalía y analistas especializados de la Superintendencia de Investigaciones Especiales y de la División Apoyo Tecnológico de la Policía de la Ciudad, puestos a disposición desde el primer momento por la Subjefatura de la Policía de la Ciudad, a cargo de Jorge Guillermo Azzolina.
Asimismo, se logró realizar la extracción forense del contenido del teléfono del músico fallecido. Tras ello, se analizaron sus llamadas, mensajes, chats en aplicaciones de mensajería y redes sociales. También se analizó el registro de huéspedes del hotel y del restaurante, para saber quién visitó al músico y sus hábitos de consumos de bebidas y comida.