Nataly Gonzalo, de la ausencia a la desidia

Desde entonces, nada se sabe de ella, a pesar de las campañas, tanto oficiales, como las impulsadas por sus familiares para hallarla, mientras la investigación para dar con su paradero recorrió las diferentes hipótesis, sin poder profundizar ninguna de ellas, ni dar una respuesta concreta.

“A nadie se lo traga la tierra”, repiten sus seres queridos, pero el paso del tiempo, habiendo transcurrido más de cinco años, parece empeñado en demostrarle lo contrario. Los cuestionamientos a la fiscal Silvia Borrone, a cargo del caso, se han ido incrementando, ya que la mayoría de las pistas que se han seguido en los últimos meses ha sido las aportadas por la propia familia Gonzalo.

“Tenemos la sensación de que nadie la busca, solo nosotros y la gente que nos ayuda. Seguimos pegando afiches con su foto, con un dibujo de actualización de su cara y recibimos llamados de personas que dicen haberla visto, pero después resulta que no es. Mientras tanto desde la Justicia, que debía encargarse, se hace poco, casi nada”, comentan los padres de Nataly.

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La sospecha de un secuestro por parte de una red de trata y cierta complicidad policial ha sido desestimada por los investigadores, pero con los mismos endebles argumentos de que pudo haber sido víctima de un asesinato, aunque al no hallar el cuerpo, nada puede certificar ese trágico destino.

Por lo tanto, los padres y hermanos de Nataly Gonzalo, atravesados por el dolor de esta inexplicable ausencia, no dudan en asegurar que “la causa está parada y la difusión de la búsqueda depende de nosotros. El compromiso de colaborar se fue perdiendo”.