La intersección de las calles Intendente Beguiristain y Zeballos, en la localidad de Sarandí, partido de Avellaneda, es reconocida en el sector Sur del Conurbano como “El Corredor del Horror”, porque los robos ocurren de forma ininterrumpida durante las 24 horas, la mayoría cometidos con utilización de armas de fuego y extrema violencia contra las víctimas. Los delincuentes, bajo la modalidad “motochorros”, atacan en pocos segundos y escapan hacia la avenida Mitre, en medio de sospechas de vecinos y trabajadores acerca de una verdadera “zona liberada” por la policía.
“Desde hace muchísimo tiempo que le pedimos a las autoridades policiales de la Comisaría 1ª de Avellaneda, a las autoridades municipales pero también a la Distrital y al Ministerio de Seguridad bonaerense, que en estas dos cuadras de Beguiristain, desde Estrada hasta la avenida Mitre, se requiere de un patrullero de manera permanente, porque los delincuentes esperan en la calle Zeballos, observan a las posibles víctimas y las atacan cuando caminan a tomar colectivos en Mitre, absolutamente desguarnecidas”, dijo una vecina, quien todo el tiempo es testigo “privilegiada” -como todas las personas que viven allí- de robos.
El martes pasado, por ejemplo, un trabajador de 40 años, fue asaltado pasadas las 21 horas por dos motochorros cuando caminaba rumbo a la avenida Mitre para tomar el colectivo 17.
“Trabajo en una empresa de la zona. Estas dos cuadras son muy peligrosas. Todos lo sabemos, pero no queda otra que seguir trabajando, bajo el riesgo que representa encarar ese tramo cuando retornamos a nuestros hogares. Me apuntaron con un arma de fuego y se llevaron todas las pertenencias. Les pedí por favor que me dejen el portafolio, donde sólo había documentación personal, pero no me hicieron ningún caso”, señaló el damnificado.
Un vecino que observó el episodio dijo que “estos casos se repiten de manera infinita, durante el día y la noche. Por eso decimos que la policía libera la zona. Cuando los motochorros atacan, este sector de Avellaneda queda completamente desierto de efectivos policiales. Para nosotros, la policía se queda con una parte de lo que consiguen los delincuentes, porque otra explicación realmente no encontramos a tanta impunidad”.
Esta falta de presencia de efectivos policiales, cumpliendo verdadera función de proteger a la comunidad, se evidenció en otro episodio delictivo padecido por una trabajadora, que tras cumplir con su horario laboral, descubrió que le habían forzado una puerta de su vehículo, estacionado sobre Beguiristain, y robado el equipo de música.
El denominado por los vecinos y trabajadores como “Corredor del Horror”, en la calle Beguiristain, entre Estrada y Mitre, se encuentra bajo la jurisdicción de la seccional 1ª de Avellaneda.
“Esperamos que nos escuchen. Esto se arregla con un patrullero o garita policial fija, en Zeballos y Beguiristain. Sólo así se va a cortar esta sucesión interminable de hechos. En muchos casos, los damnificados resultan heridos gravemente, porque se resisten a los asaltos. Es urgente que tomen medidas”, dijo la vecina.