Apareció muerta con un golpe en la cabeza y tirada en la bañera de su departamento. El caso de la mujer de 47 años que fue hallada sin vida en la vivienda donde residía en la ciudad bonaerense de Olavarría es todavía un enigma para los investigadores.
Se mencionó una cuestión accidental, también una descompensación cardíaca o un presunto suicidio, pero tampoco se descarta que haya sido víctima de un asesinato atribuido a su pareja, un hombre con antecedentes de violencia de género y al que tiempo atrás se le había dictado una restricción de acercamiento.
De todas maneras, el expediente está caratulado como “averiguación de causales de muerte” y la fiscal Viviana Beytía no adoptó ninguna medida en contra del sospechoso, al que le tomó declaración como testigos, al igual que a varios vecinos del edificio de la calle Peña al 2900 de Olavarría, donde encontraron fallecida a Mariana Pantín Colombo.
Todo se inició como un supuesto paro cardíaco y lesiones en la cabeza producto de la caída, cuando Bruno Labriola (de 43 años) dio avisó al 911 y personal policial se desplazó al departamento, donde constató que Pantín Colombo estaba fallecida.
“Estaba vestida y muerta dentro de la bañera. El hombre dijo que la había encontrado en ese estado producto de una supuesta caída”, se indicó.
Peritos de la Policía Científica observaron que había gran cantidad de sangre y que Mariana Pantín Colombo presentaba un orificio en la cabeza, similar a los que producen las heridas con armas de fuego.
Si bien crecieron las sospechas sobre Labriola, a las pocas horas, la autopsia realizada en la sede de la Morgue Judicial de Azul no detectó ninguna lesión, por lo que se cree que la mujer sufrió una falla cardíaca, aunque esto último quedara confirmado con los exámenes histopatológicos complementarios.
En un primer momento, se apuntó hacia un femicidio y en ese marco establecieron que Labriola tenía una restricción de acercamiento a su ex pareja, la cual estaba vencida.
Asimismo, se comprobó que cuenta con antecedentes de violencia de género hacia otras mujeres. Es por ello que la fiscal Beytía, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción Nº 10 Descentralizada de Olavarría, dispuso demorarlo y que se le practicase una prueba en sus manos para buscar si tenía rastros de pólvora. Pero luego de notificarlo de las actuaciones, lo dejó en libertad.
“No había signos de lucha adentro de la casa, estaba todo ordenado”, detallaron los investigadores del caso, que aguardan por mayores precisiones del resultado de las pericias y la autopsia, a los efectos de establecer la mecánica del deceso.
No obstante, y pese a las sospechas en torno a lo sucedido, el expediente nunca modificó su carátula inicial de “averiguación de causales de muerte”.
“Se barajó como hipótesis de trabajo la de un crimen, nada más. Se barajaron todas las hipótesis, nunca se descartó nada. Lo primero que trabaje fue sobre la hipótesis de femicidio, porque lo primero a descartar es lo más gravoso”, explicó la fiscal, quien también profundizó en una posible ingesta de medicamentos para quitarse la vida o una descompesación cardíaca.
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